Catalejo

Urge limpiar ríos y lagos como respeto al ambiente

La basura, el plástico, las aguas contaminadas, son solo unas de las muestras del innegable y mortal cambio climático.

El problema de la recolección y manejo de la basura ya ha alcanzado en todo el país proporciones gigantescas, casi inmanejables. Se debe a muchas causas, pero una de las principales es la ausencia de cultura y conciencia de lanzar deshechos de toda clase a barrancos, ríos y lagos, así como a la presencia de depósitos clandestinos de basura al lado de los caminos.  Se puede hacer una comparación con el transporte tanto de una capital ya colapsada con el pésimo estado de las carreteras, derivado de acciones corruptas desde hace muchos años. Es parte del derrumbe hacia adentro, es decir de la implosión del país, donde es imposible pensar en un desarrollo real sin tomar medidas basadas en la conciencia cívica pero también en la certeza de multas y otros castigos. 

La basura, el plástico, las aguas contaminadas, son solo unas de las muestras del innegable y mortal cambio climático.

Esta semana se informó de la creación de una entidad encargada de salvaguardar el lago Petén Itzá, en una  noticia alentadora. Ya existe una parecida desde hace algunos años para hacer lo mismo con el lago de Atitlán. Desafortunadamente sus esfuerzos no han podido ser suficientes para detener la contaminación, y el lago de Amatitlán ya dejó de ser un lugar atractivo al haberse convertido en un depósito de aguas negras provenientes de la parte sur de la capital. La importancia de todos los demás lagos es evidente por ser, sobre todo los mencionados, fuente de ingresos turísticos por lo cual la solución de sus problemas actuales se relaciona con diversas entidades estatales coordinadas, aunada a una masiva campaña de concientización del manejo de aguas servidas.

En Guatemala, en general, no existe la cultura de la limpieza. El peor de los ejemplos es el del Motagua, con nacimiento en Quiché y desembocadura en la costa atlántica de Izabal. Hace siete meses, el gobierno creó una Comisión Nacional de Asuntos Municipales, asignada a la Vicepresidencia y el Ministerio de Ambiente con la colaboración de la Asociación Nacional de Municipalidades y con 200 millones de dólares otorgados por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Es innecesario predecir la escasa o nula efectividad de este nuevo elefante blanco. Mientras, el río recoge el 3% de la contaminación plástica mundial en sus escasos 426 kilómetros (13 millones de toneladas). La Unión Europea calcula en mil millones de dólares el costo de arreglarlo.

El río  Las Vacas recibe el 60% de los residuos y aguas negras de la capital, y el Villalobos tiene “altísimos niveles de contaminación”, según Wikipedia, cuyos reportes señalan otros factores, como la deforestación, falta de plantas de tratamiento, superpoblación, todo a simple vista en dichos  ríos mencionados. Los dirigidos al Pacífico también son altos contaminantes: Nahualá, Salamá, Naranjo, Nahualate, Suchiate, Coyolate y Río Dulce, transportadores de unos 223 millones de libras, aproximadamente (datos de Google). Guatemala ha firmado acuerdos con entidades internacionales, pero la falta de información impide conocer si ya comenzaron las actividades, en qué orden y jerarquía, y si hay avances o estancamientos. Esto último es lo más probable.  

Ciertamente es necesaria la acción estatal, sobre todo si se unifica con los aportes del sector privado, organizado o individual, pero todo fallará si no se realiza la concientización constante. El ser humano es el causante de la contaminación con plástico y basura. La gravedad de lo ocurrido en el país, en la capital y otras ciudades importantes debe ser el detonante del arreglo, pues de no hacerlo Guatemala se volverá invivible. No es exageración ni pensamiento ideológico o politiquero. El descuido, irresponsabilidad y ahora posterior absurda negación del cambio climático aumentará sus efectos en todo el planeta y se ha afianzado en los países del tercer mundo, como el nuestro.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.