Ideas
El experimento de las Antípodas 2.0
A Trump no le va a faltar carácter para implementar lo que prometió en campaña.
Desde hace un año vengo diciendo que la vida nos dio la oportunidad única de poder comparar, en tiempo real, la evolución —o involución— de dos países en donde simultáneamente se implementan dos formas diametralmente distintas de percibir la relación entre los ciudadanos y el gobierno: la Argentina de Javier Milei y la Guatemala de Bernardo Arévalo. Con apenas un mes de diferencia, las nuevas administraciones de cada país iniciaron un proceso para, supuestamente, cambiar radicalmente el país. La pregunta del millón es, ¿a cuál le irá mejor?
Los resultados dependen, no solo de las políticas y las ideas, sino también del carácter de quien las busca implementar.
Hasta el momento, casi un año después, el experimento ha estado todo lo animado que esperaba. Algo interesante que ha surgido es que los resultados dependen, no solo de las políticas y las ideas detrás de esas políticas, sino también del carácter de quien las busca implementar. Por el momento, puedo decir que, indistintamente de los resultados, Milei ha sido más exitoso en implementar las políticas que considera correctas que Arévalo. Y eso tiene más que ver con la fortaleza de carácter que con cualquier otro factor. Ambos han enfrentado un ambiente hostil y Milei, claramente, empezó desde unas circunstancias mucho peores que Arévalo; sin embargo, es el que ha logrado que más de las reformas que propuso se implementen.
Aunque el experimento ha estado genial, la vida nos da ahora una nueva oportunidad: un gobernante que también ofrece revolucionar su país pronto entrará en escena. Me refiero a Donald Trump, recién electo presidente de Estados Unidos. Trump ha ofrecido cambiar el rumbo de su país —para bien o para mal— con una extraña mezcla sui géneris de nacionalismo, mercantilismo y capitalismo.
A juzgar por lo visto durante su primer mandato y las decisiones que ha tomado sobre su equipo de gobierno en apenas la primera semana después de la elección, a Trump no le va a faltar carácter para implementar lo que prometió en campaña. Aunque entrará en la arena un año después que los otros dos, las decisiones que está tomando y los anuncios que ha hecho apuntan a que desde el primer día en el poder iniciará una frenética carrera para alcanzar sus objetivos. Tiene la ventaja de que su partido obtuvo la mayoría en ambas Cámaras del Congreso, pero eso tampoco es garantía de que se pondrán de alfombra ante todos sus deseos, como bien lo ejemplificó la elección del líder de la mayoría republicana en el Senado esta semana, en donde los senadores votaron a favor de uno de los menos “trumpistas” entre los republicanos.
Si bien los tres países no podrían ser más disímiles, desde la principal economía del mundo, con una deuda gigantesca, pero en general bastante dinámica, pasando por un país de tamaño mediano con una economía más allá de la quiebra, hasta un pequeño país con una de las economías más estables —aunque no muy prósperas— del mundo, pienso que se podrán comparar los resultados que tenga cada administración a lo largo de su gestión.
El nuevo gobernante reclutó al hombre más rico del mundo, Elon Musk, uno de los empresarios más impresionantes de los últimos tiempos, para implementar el plan de recorte gubernamental más ambicioso de la historia. ¿Será exitoso? Solo el tiempo lo dirá. Aun con toda la buena intención y las buenas prácticas que puedan tener Musk y su compañero, Vivek Ramaswamy, se enfrentarán al Leviatán en todo su esplendor. En Estados Unidos, por ejemplo, al igual que en Guatemala, despedir a un empleado público es una de las tareas más difíciles.
El escenario está listo. La versión 2.0 del experimento de las antípodas iniciará el 20 de enero por la tarde. ¿Quién tendrá el mejor desempeño? Solo el tiempo lo dirá. Haga sus apuestas.