Imagen es Percepción

Presidente Arévalo, es hora de poner sus barbas a remojar

La influencia de un segundo mandato de Trump, en Guatemala es un aspecto que no podemos ignorar.

Hoy se cumplen 10 meses desde que Bernardo Arévalo asumió la presidencia de Guatemala, con la promesa de cambio y renovación, que nunca llegó, su gestión parece marcada por la inacción y la indecisión. Mientras el país enfrenta serios problemas en infraestructura, salud, educación y seguridad, el gobierno de Arévalo ha fallado en implementar soluciones efectivas. Este vacío de liderazgo pone a Guatemala en una situación delicada, justo cuando Estados Unidos vivirá un cambio radical, con el regreso de Trump a la presidencia, un hecho que sin duda afectará nuestra política interna.

¿Será que Arévalo logrará despertar y responder a los retos del momento, o permanecerá inactivo mientras la historia sigue avanzando?

La influencia de un segundo mandato de Trump en Guatemala es un aspecto que no podemos ignorar. Su postura estricta hacia la inmigración promete medidas de control más duras, lo que podría incrementar las tensiones y la presión sobre nuestro país. También podría reinstaurar políticas como el “Acuerdo de Tercer País Seguro”, que obliga a Guatemala a recibir a inmigrantes que buscan asilo en EE. UU. Este acuerdo representa un reto logístico y económico enorme que el gobierno de Arévalo no parece tener la capacidad de enfrentar en su estado actual de inercia.

La migración hacia Estados Unidos  sigue siendo una válvula de escape para muchos guatemaltecos que buscan oportunidades fuera de nuestras fronteras. Además, otro gran grupo que escapa de la violencia, extorsiones y pobreza, factores que el presidente Arévalo ha sido incapaz de combatir. Sin embargo, para la economía de Guatemala, las remesas que envían estos migrantes  constituyen una de las fuentes de ingresos más importantes, superando incluso al sector exportador. Estas remesas no solo sostienen a miles de familias, sino  que  también son vitales  para mantener la estabilidad económica del país. Una política de Trump que reduzca la migración, directa o indirectamente, podría poner en riesgo el flujo de estos envíos, afectando el consumo local y, con ello, a la economía en general.

Guatemala necesita un gobierno con una estrategia clara frente a estos desafíos internacionales, pero la falta de acción de Arévalo sugiere que no estamos preparados para este tipo de cambios y políticas. A pesar de las expectativas generadas, su administración parece estar paralizada, atrapada en el discurso de cambio, pero sin avances palpables. Sin políticas que fortalezcan el mercado interno, dependemos de los ingresos provenientes de nuestros migrantes. El actual gobierno parece estar ignorando la necesidad de fortalecer el empleo, la educación y los servicios públicos, que podrían ofrecer alternativas a los guatemaltecos y reducir el flujo migratorio hacia Estados Unidos.

Guatemala necesita un plan de acción y no un presidente bohemio, que, como dijo alguien por allí: “esta más enamorado de la banda presidencial, que de la bandera nacional”. Los guatemaltecos necesitan un liderazgo que comprenda el valor de las remesas y esté listo para mitigar los efectos de cualquier cambio en las políticas migratorias de EE. UU. Pero Arévalo parece más enfocado en la retórica que en la realidad, dejando a Guatemala sin un rumbo claro, en un momento en el que el país necesita un capitán firme al timón.

Guatemala se encuentra en una encrucijada, y mientras el presidente Arévalo siga sin actuar, los riesgos de que nuestra nación se hunda en una crisis socioeconómica solo aumentarán. Las consecuencias de su pasividad no solo afectarán el día a día de los guatemaltecos, sino que también nos dejarán más vulnerables ante las decisiones de potencias extranjeras. Necesitamos respuestas, no promesas; acción, no palabras. El tiempo corre, y los efectos de la presidencia de Trump pueden llegar antes de que estemos listos para enfrentarlos.

ESCRITO POR:

Brenda Sanchinelli

MSc. en Relaciones Internacionales e Imagen Pública. Periodista, experta en Etiqueta. Dama de la Estrella de Italia. Foodie, apasionada por la buena mesa, compartiendo mis experiencias en las redes.