registro akásico
No cabe empecinamiento sin razones
Sin explicación los objetivos de la relación con Taiwán.
En 1871, el embajador del imperio ruso, Andrey F. Budberg (*1817 +1881), se dirigió en ruso al canciller alemán Otto von Bismarck (*1815 +1898), con propuestas para mejorar el comercio y cooperación en materia política y de seguridad. Las notas rusas quedaron sin respuesta. El embajador Budberg interpretó que había desinterés o desacuerdo en cooperar con la seguridad, la política y el comercio con el zarismo. Sin embargo, algunos historiadores excusaron dicho comportamiento, atribuyéndolo a la falta de traductores del ruso en la cancillería alemana.
La presidencia está obligada a explicitar de manera pública las bases de la política internacional.
Recientemente se señaló al rey de España, Felipe VI, por no responder a una carta del presidente mexicano, donde pedía expresara una disculpa por hechos ocurridos hace quinientos años. El silencio dio lugar a no extender una invitación al monarca a la toma de posesión de la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo. Actualmente están degradadas las relaciones diplomáticas entre ambos países, sin viso de salida rápida en este desacuerdo.
El 21 de mayo, el ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Ramiro Martínez Alvarado, visitó Taiwán; el 23 de mayo, exportadores nacionales alegaron una retención irregular de macadamia y café en la aduana china. El 6 de junio, la representación nacional se reunió con una delegación de la República Popular China (RPCh), en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC), dando lugar a una declaración conjunta donde se indica la voluntad de aclarar el asunto. Luego, ante el anuncio de la visita de Lin Chia Jung, jefe de la diplomacia taiwanesa al país, hubo una reacción de la cancillería de la RPCh: el 3 de noviembre se requirió el respeto al consenso internacional, de la política de una sola china. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala, por el contrario, manifestó oídos sordos, pues indicó que mantendría los lazos formales existentes con Taiwán y que espera establecer los propios con la RPCh.
En esa ocasión, Lin Jian, vocero de relaciones exteriores de la RPCh, reafirmó: 1. No se deben apoyar actuaciones equívocas de afirmación independentista; 2. Figuras influyentes guatemaltecas, a pesar de las dádivas dadas por las autoridades de Taiwán, abogan por un futuro donde la unidad de China estará establecida; y 3. La resolución 2758 de la Asamblea General de Naciones Unidas y 183 países manifiesta la existencia de una sola China en el mundo, y Taiwán es parte inseparable de su territorio. El gobierno de la RPCh es el único legítimo representante de toda China.
De igual forma al narrado suceso en el imperio alemán del siglo XIX, al gobierno de Guatemala le faltan traductores del lenguaje explícito. Nadie está objetando el artículo constitucional 183, inciso o), pues al presidente le corresponde dirigir la política exterior y las relaciones internacionales. Pero cuando se está al margen del consenso internacional, se esperaría la presentación de los objetivos, intereses y perspectiva sobre este asunto. En su plan de gobierno, Bernardo Arévalo de León, en el apartado Estado que queremos, ofreció conseguir bienestar derivado de los vínculos con las demás naciones. No hacerlo convierte al país en un socio no confiable y, por lo tanto, quedará marginado, prometió.
Las relaciones internacionales afectan los intereses nacionales. En tal virtud, en este y otros casos, el país espera conocer las razones de la estrategia internacional, para garantía de la seguridad del pueblo, las oportunidades de progreso personal y asociado, la defensa de los valores compartidos y el respeto hacia la multiculturalidad en el marco de unidad nacional.