Pluma invitada

La clave para desbloquear el potencial de América Latina

América Latina necesita aumentar su productividad.

En este cuarto de siglo, a diferencia de otras regiones, América Latina no aprovechó al máximo tendencias globales como el boom del comercio internacional, la llegada de tecnologías digitales o iniciativas para lograr una mayor estabilidad económica. Pero, si en los siguientes años transita por el camino correcto, logrará impulsar sus activos y reforzar un crecimiento sostenible e inclusivo en la región.

El sector privado puede liderar el camino en el desarrollo de soluciones innovadoras.

El potencial de la región

Para mantener un estatus de competitividad en un escenario global cada vez más complejo, América Latina necesita aumentar su productividad. En los últimos 25 años, a pesar del “milagro” en la media global de productividad que se multiplicó por seis, el crecimiento en la región ha sido relativamente lento, pasando de 37 mil en 1997 a 43 mil dólares en 2022, y con un crecimiento del capital por hora que creció menos del 30% durante el mismo periodo, según un reporte del McKinsey Global Institute.

¿Qué se puede hacer? Las estrategias clave deben centrarse en infraestructura, diversificar la economía y aumentar la inversión; ej. agregar valor a los productos básicos, exportar servicios digitales, mejorar la infraestructura para lograr ciudades inteligentes y sostenibles, bajar informalidad laboral, fortalecer la cooperación intrarregional, ofrecer mejor educación y capacitación para el futuro.

Centroamérica, México y el Caribe, en particular, pueden beneficiarse del nearshoring por la proximidad y fuertes lazos comerciales con Norteamérica, que tiene un potencial de 78 mil millones de dólares. Además, ante los desafíos del cambio climático y cambios de las cadenas de suministro, la biodiversidad y recursos naturales de la región son vitales para la estabilidad climática y seguridad alimentaria global (con el potencial de posicionarse como líder global en la demanda de alimentos ricos en nutrientes en los siguientes 25 años).

En el ámbito digital, la región ha experimentado un notable crecimiento en la adopción de internet y tecnología financiera y, aunque enfrenta desafíos en términos de innovación tecnológica, está bien posicionada para aprovechar estos avances y convertirse en un actor global clave en múltiples frentes.

El liderazgo inspirador y la creatividad

Todo esto coloca al sector privado en una posición única para impulsar el crecimiento económico y la productividad, mediante inversiones estratégicas en infraestructura, tecnología y capital humano. Al mejorar la infraestructura, especialmente en el transporte, el sector privado aumenta el comercio regional y facilita el acceso a mercados globales. Además, las inversiones digitales, como en IA y 5G, son clave para desbloquear la productividad, y requieren un ecosistema de talento calificado y procesos de gestión robustos.

También, el sector privado puede liderar el camino en el desarrollo de soluciones innovadoras, apoyando a empresas emergentes e invirtiendo en centros tecnológicos que impulsen mayor innovación. La acción desde la iniciativa privada puede así participar con el sector público para promover la inclusión económica y permitir una participación más amplia en la economía digital.

El momento de América Latina está al alcance

Todos estos elementos son puntos que la región puede promover: talento capaz, cálido y multicultural, pero también a tope de innovación, nearshoring, transición energética y un ejemplo global de desarrollo y tecnología.

Es momento de que América Latina ofrezca la oportunidad de forjar un futuro próspero aprovechando sus activos únicos para promover un crecimiento sostenible e inclusivo y alcanzar su máximo potencial.

ESCRITO POR:

Tracy Francis

Managing Partner de América Latina. McKinsey & Company

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