Entre las bebidas destacaron los atoles de elote blanco, maza, maranto, pinol de haba y fresco de súchiles.
Rosalina Tay, coordinadora del grupo de mujeres emprendedoras del barrio el Calvario de Sololá, dijo que las comidas fueron el atractivo de los visitantes tanto nacionales como extranjeros, quienes hicieron buenos comentarios por la forma como fueron elaborados los alimentos.
Jakobs Michelle, comentó que por primera vez había saboreado un plato de la comida tradicional de estos pueblos y fue una experiencia agradable.