Su gestión comenzó en 2001 y en su haber se reconoce la entrada en el museo de arte contemporáneo, con obras de artistas como Cy Twombly o Anselm Kieffer, así como el desarrollo de su labor de mecenazgo internacional y la apertura del nuevo departamento de artes islámicas.
“Después de casi 40 años centrados en el mundo de los museos (…) Loyrette desea en este momento dedicarse a nuevas actividades y dejar que el Louvre abra una nueva página en su historia”, indicó la entidad en su nota.
La decisión de renunciar al que hubiera sido su cuarto mandato, según informó el diario Le Figaro, se debe a “motivos personales”, y tras la misma, este historiador especializado en restauración perseguiría seguir entregado al servicio del Estado.
Un correo interno enviado a los trabajadores y agentes del Louvre, según este diario, adelanta que el todavía director no ha detallado los motivos de su marcha, pero que promete justificarla el próximo enero.
Su sucesor es aún motivo de quinielas, pero los estatutos del Louvre precisan que tiene que ser “una personalidad científica reconocida”, no necesariamente de origen francés.
Entre los nombres que empiezan a aparecer en las apuestas se sitúan dos: Vincent Pomarde, director del departamento de pintura, y Jean-Luc Martinez, director del departamento de antig edades griegas, etruscas y romanas, que ocupan ya puestos clave en la institución.
Loyrette dejará su puesto tras prácticamente haber logrado duplicar el número de visitantes. El año de su llegada el Louvre acogió 5,1 millones de personas, mientras que 2012, según las previsiones del museo, se cerrará con “un nuevo récord histórico”, de cerca de 10 millones.
El gestor ha sido responsable de la inauguración a principios de diciembre de la sucursal del Louvre en una antigua zona minera de la localidad de Lens, en el norte del país, pero no podrá ver en marcha otro proyecto ambicioso, el del Louvre de Abu Dabi.
Ese nuevo edificio, al que el museo le presta su nombre durante un periodo de 30 años, está concebido por el arquitecto francés Jean Nouvel, debería abrir sus puertas en 2015 y el Estado espera recabar con esa iniciativa 1.000 millones de euros (758 millones de dólares) , que se reinvertirán en los museos galos.
Y a la espera de que se conozca al nuevo nombre que liderará la entidad, a Loyrette se le recuerda ya como un intelectual y erudito reconvertido en jefe de empresa, que ha ampliado e inyectado dinamismo a ese ente cultural, y que sabía imponerse con un “humor cortante y maneras de diplomático”.