La antorcha
El mundo en vilo: Harris o Trump
Hay gobiernos cuya viabilidad depende del respaldo que ofrezcan sistemáticamente los Estados Unidos.
Los centros de poder político en cada uno de los países, como una gran diversidad de actores internacionales, han estado observando y analizando con sumo cuidado, por diferentes razones o intereses, el desarrollo cada vez más intenso, más controversial y más incierto del proceso de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos de América. Estas elecciones en las que los protagonistas son la vicepresidenta Kamala Harris y el ex Presidente, Donald J Trump, ambos de personalidades, trayectorias, caracteres, concepciones políticas y planteamientos de agenda muy distintos, difíciles de conciliar, culminarán el martes 5 de noviembre próximo. Estando en las vísperas hoy domingo 3 de noviembre en la que la mayoría del electorado estadounidense habrá votado o bien decidido por cual candidato presidencial depositar su voto, las encuestas en general, que a veces parecieran ser una fuente de distorsión de la realidad política, dependiendo que actores las presentan, aún no se aventuran a anticipar con contundencia los posibles resultados de las elecciones.
Hay gobiernos cuya viabilidad depende del respaldo que ofrezcan sistemáticamente los Estados Unidos.
En esas condiciones aún inciertas, hay gobiernos de países como el de Ucrania, el de Israel y el de Guatemala, por poner sólo tres ejemplos, cuya viabilidad depende en buena medida del grado y de la sostenibilidad del respaldo que ofrezcan sistemáticamente los Estados Unidos.
Sin el liderazgo decidido del gobierno demócrata presidido por Joe Biden y Kamala Harris, en concertación con los aliados de la OTAN, el gobierno de Ucrania presidido por Volodymyr Zelensky hubiera sobrevivido sólo unos meses la embestida militar de la Federación de Rusia. Sin embargo, el desenlace de la guerra, que quizá pudo evitarse, estará directamente relacionado al resultado de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos.
Por ello, el presidente Zelensky se ha reunido en su momento tanto con la vicepresidente Harris como con el expresidente Trump, aún cuando no necesariamente con este último comparten las mismas perspectivas de cómo resolver la confrontación con Rusia.
La situación de guerra en que se encuentra el gobierno de Israel en estos momentos es otro caso que tiene relación directa con quien ejerce o ejercerá la presidencia de los EE. UU. Si bien tanto demócratas como republicanos han apoyado a Israel, las circunstancias actuales que son sumamente volátiles y de altos riesgos de una conflagración generalizada en Medio Oriente, es indispensable la efectividad disuasiva y de acción clara y oportuna del liderazgo de los EE. UU.
El caso del gobierno de Guatemala electo democráticamente, si bien no está condicionado por un estado de guerra como el de Ucrania o el de Israel, no hubiera podido tomar posesión el 14 de enero pasado conforme a la Constitución política de la República sin el discreto accionar de la diplomacia disuasiva del gobierno demócrata de los EE. UU. Esa vulnerabilidad inicial del gobierno de Guatemala, pese al amplio apoyo internacional, aún persiste, ahora por razones propias de su precaria conducción política e ineficiente y muy cuestionada gestión pública.
Ante los desafíos internos de los Estados Unidos y los de naturaleza global que son ineludibles la vicepresidenta Kamala Harris es una incógnita sobre el verdadero alcance de su liderazgo. Fue nominada candidata presidencial por azar del destino y no por méritos propios.
El expresidente Donald J Trump, se ha forjado en la adversidad política, demostrado resiliencia y liderazgo, que son esenciales.
El mundo en vilo pendiente de los resultados electorales en los Estados Unidos.