Escenario

Horrores ortográficos y algo más…: Algo más de ortografía

¿De dónde a dónde llega el Sol al cénit en nuestro planeta? —preguntó en el examen el profesor a sus alumnos. Unos escribieron: "El Sol llega al zenit desde el trópico de Capricornio en el hemisferio sur y hasta el de Cáncer en el norte". Otros más respondieron: "El Sol llega al cenit en los trópicos de Cáncer y Capricornio y no pasa más allá de estos".

(Foto Prensa Libre: cortesía María del Rosario Molina)

(Foto Prensa Libre: cortesía María del Rosario Molina)

Hubo otros que, como el profesor, escribieron “cénit”, con las mismas referencias a los trópicos. Y finalmente, un pequeño grupo contestó: “El Sol llega al senit hasta los trópicos de Cáncer y Capricornio; de allí no pasa”. Aunque todos habían dado la respuesta correcta, en cuanto a los trópicos a los que nuestro astro rey alcanza a llegar al cenit por la inclinación del eje de la Tierra sobre la eclíptica, el profesor calificó bien a los tres primeros grupos y mal al último. ¿La razón? El maestro hacía énfasis en la buena ortografía y tanto “cénit, cenit y zenit” están bien escritos, pero “senit” es una falta ortográfica.

“Una elite de literatos aspiró al premio Nobel de literatura” se leía en un periódico, y en otro: “Una élite de literatos aspiró al Nóbel…”. El primer título estaba bien, el segundo no, aunque se puede decir “elite” o “élite”, pero Nobel no se tilda. A una persona, que habla varios idiomas se le llama “polígloto, poligloto, políglota o poliglota” y se usa más con el morfema de género “a”: “Tasso era un poliglota”, aunque no sería incorrecto llamarlo “polígloto” o “poligloto”. Si usted va a un restaurante puede pedir que le lleven un “robalo” o un “róbalo”. Ambas formas son correctas. Pero pida uno asado a las “brasas” y no a las “brazas”, como estaba escrito en el menú de una “churrasquería” (suramericanismo). Si usted lee: “ceviches” de pescado, de camarón u otros mariscos, igualmente puede escribirse: “cebiche, sebiche y seviche”. Aclaro que en el último DRAE del 2001 esos cuatro términos tienen entrada, pero en el buscador por Internet, no, seguramente porque ya están registrados en el Diccionario de americanismos que todos los hispanohablantes deberíamos poseer para entendernos a cabalidad.

Hace pocos días leí en un diario, que no es Prensa Libre, pues aquí los columnistas, correctores y reporteros escriben bien, que a una pobre señora embarazada muerta en un accidente de esos que provocan los conductores estúpidos que se creen los dueños de calles y carreteras, le habían hecho una “cesaria” para salvar al hijo. ¡Por Dios, señores, se escribe “cesárea”! También sigo leyendo “accesar” en lugar de “acceder, entrar”, y esa no es falta de ortografía, sino de conocimiento del español.

De nuevo insisto en que muchas personas están cayendo en “queísmo”, y dicen: “Tengo la idea que… me percato que”, en vez de “tengo la idea de que… me percato de que”.

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