Estudios anteriores demostraron que el consumo desmesurado durante la etapa de gestación tenía consecuencias graves como malformaciones y trastornos conductuales, y problemas en el hígado, huesos o cerebro.
Bajo esta línea, los investigadores hicieron un estudio que demostró que el consumo de bebidas alcohólicas durante el embarazo también puede llegar a tener efectos en el coeficiente intelectual de los niños.
Los expertos revisaron los datos de cuatro mil madres durante la 18 y 32 semanas de gestación, en los cuales se establecía si estas consumían moderadamente alcohol.
Ocho años después, analizaron las capacidades de los niños y encontraron que aquellos que eran hijos de una madre que había bebido durante el embarazo tenía menos puntos de coeficiente intelectual.
Los expertos aseguran que es la exposición al alcohol en el útero lo que conduce a esta diferencia en el coeficiente intelectual del niño.