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Transforman el bambú en mensajes que se elevan al cielo por medio de los barriletes gigantes

Pobladores de Santiago Sacatepéquez acuden a la aldea El Rodeo, en Escuintla, a cortar trozos que servirán para elaborar barriletes.

El bambú es trasladado hacia el trailer que trasladara el material hacia el municipio, para ello es necesario amarrar con seguridad las piezas para prevenir accidentes sobre la carretera.

Prensa Libre, Daniel Samayoa, 11/10/2024

El bambú es trasladado hacia el trailer que trasladara el material hacia el municipio, para ello es necesario amarrar con seguridad las piezas para prevenir accidentes sobre la carretera. Prensa Libre, Daniel Samayoa, 11/10/2024

La conocen como “La Travesía del Bambú”, una actividad que marca el inicio del Festival de Barriletes Gigantes de Santiago Sacatepéquez, Sacatepéquez, y en la que se observan costumbres y tradiciones ancestrales.

La actividad consiste en cortar trozos de bambú que luego serían utilizados en la elaboración de barriletes gigantes el 1 de noviembre, a la que acuden vecinos del mencionado municipio. Así, todo inicia a las 3 horas del día pactado. Frente al parque de la localidad, más de cien participantes esperan los autobuses que los llevará al bosque de bambú de la aldea El Rodeo, Escuintla. Esta tradición convoca a jóvenes agricultores, artistas y artesanos que buscan plasmar su arte e ideas en el papel que luego volará por los cielos.

A pesar de ser un trabajo pesado, las mujeres trabajan en el corte de bambú junto a los hombres, desde la selección, hasta derribarlo y trasladarlo al camión que lo transportará. (Foto Prensa Libre: Daniel Samayoa).

Permiso a la naturaleza

Los asistentes observan con respeto la ceremonia maya que tradicionalmente se celebra previo al corte. En ese lugar, entre la  espesa bruma,  se enciende una hoguera,  se quema incienso y se prenden velas de colores. Azúcar y alcohol son parte de las ofrendas para la ceremonia, mientras  el guía espiritual “pide permiso a la Madre Tierra” para  entrar al bosque y cortar los troncos. También se busca  protección al “corazón del cielo”, para que no ocurra ningún accidente durante la actividad y los participantes puedan regresar a casa.

“La razón por la cual venimos a esta finca es porque buscamos lugares accesibles que permitan manipular sin mucho esfuerzo la madera cortada, para que ninguno de los que participa resulte herido o con algún daño por la manipulación de las piezas”, menciona Hector Pec, secretario de  la Asociación Santiaguense para el Desarrollo Cultural (Asosdec).

Cerca de las 8 horas, el guía espiritual informa que la Tierra ha dado permiso, y, con machete y lazo en mano, los jóvenes inician la travesía por el espeso bosque.

Alrededor de siete grupos formados por 10 y hasta 20 integrantes trabajan bajo el fuerte sol cortando los trozos. En la profundidad del sitio verde se escuchan los machetes, gritos de los participantes  y también el arrastrar de los troncos.

El clima de la Costa Sur fatiga a los grupos de trabajo, que, acostumbrados al clima templado, sufren fuertes golpes de calor.

 Antes del mediodía algunos jóvenes deciden tomar un pequeño descanso e hidratarse con agua pura, o motivarse con alguna bebida embriagante.

Madera ideal

El proceso de selección de la materia prima es simple: la planta de bambú es seleccionada  por su resistencia y longitud,  por lo que  se buscan las piezas que midan al menos 17 metros y que sean las más robustas.

Esta madera es ideal para la construcción de viviendas, entre otros usos;  por lo tanto, es el material adecuado para crear la estructura del barrilete. Una cancha polideportiva funciona como centro de acopio y  allí los jóvenes almacenan temporalmente los trozos, para luego  trasladarlos  a la plataforma que los llevará a su destino final.

A las 13 horas  el hambre y el cansancio se dejan sentir,  pero el trabajo  continúa. Las mujeres que integran el grupo de barrileteros preparan alimentos para abastecer a más de cien personas.

Se vive un ambiente de armonía y solidaridad, mientras  personas ajenas a la actividad se acercan para observar el corte, y los   organizadores relatan lo que han hecho.

Después  son recibidos  con un plato de carne asada,  arroz y las tradicionales tortillas de maíz amarillo, acompañados de una bebida para refrescar la larga jornada.

El trabajo finaliza al reunir la cantidad de piezas requeridas y el grupo, satisfecho y con alegría, emprende el retorno  a su municipio.

El corte de bambú es una actividad que requiere de mucha fuerza y deja exhausto a los participantes, pero la alegría y el entusiasmo no lo pierden. (Foto Prensa Libre: Daniel Samayoa)

Características del bambú

  • La flexibilidad y  alta resistencia a la tensión hacen que el  bambú sea un material de construcción sismorresistente, y por esas características es ideal para elaborar los barriletes.
  • Ligero, flexible: se usa en gran variedad de construcciones
  • Economía: bajo costo
  • Capacitación requerida: mano de obra tradicional para construcciones
  • Resistencia sísmica: buena
  •  Resistencia a huracanes: baja
  • Resistencia a la lluvia: baja
  •  Idoneidad climática: climas cálidos y húmedos

Recibimiento triunfal

Los grupos de trabajo se preparan para cargar las piezas de bambú y subirlas al camión que las trasladará al municipio, asegurándolas bien para que no se suelten y causen accidentes en el camino.

 Cuando la tarde empieza a caer, los autobuses que transportan a los barrileteros se estacionan en la entrada de Santiago Sacatepéquez y allí las camionetas son adornadas con globos, serpentinas y mantas, en alusión a la 125 edición del Festival del Barrilete Gigante.

Vecinos del municipio salen al encuentro de los grupos de artistas. El ingreso es todo un espectáculo: los jóvenes, sujetados de una cuerda de extremo a extremo, valientemente viajan en el techo de la camioneta, saludando a todos los que salen a presenciar la actividad.

Esto es solo el primer paso para el inicio del Festival del Barrilete Gigante, pues  cuando las piezas de bambú llegan a su destino,   diferentes grupos inician  la elaboración de la estructura  y, debido a las dimensiones, algunos optan por ensamblar las piezas en el cementerio, así quedan listas para ser exhibidas el 1 de noviembre.  

Los jovenes barrileteros hacen una entrada triunfal en el municipio de Santiago Sacatepéquez, subidos sobre el techo de la camioneta que los traslada y sujetados con lazos de extremo a extremo, son recibidos por vecinos que con mucha alegría salen a las calles a su encuentro. (Foto Prensa Libre: Daniel Samayoa)

Distintas razones

Cada barrilete tiene una temática, que es un misterio y solo se revela el día de la exhibición de las obras. Algunos llaman a la reflexión, a cuidar el medioambiente o a no perder la conexión ancestral.

 El Festival de Barriletes Gigantes es una tradición ancestral declarada Patrimonio Cultural Intangible de la Nación el 17 de febrero de 2022.  

 El cementerio general del pueblo es el escenario en el cual se exhiben los gigantes voladores, actividad a la que asisten turistas nacionales y extranjeros que, cautivados por lo colorido de las obras, acuden desde tempranas horas para presenciar las actividades.

La tradición de los barriletes gigantes nace con la idea de comunicarse con los seres queridos que han partido hacia otro plano y hacerles ver que aún viven en el corazón de sus seres queridos.

ESCRITO POR:

Daniel Samayoa

Periodista de Prensa Libre especializado en cobertura nacional con cuatro años de experiencia.