La denunciante dice que el 7 de septiembre del 2000 intentó colarse a la fiesta de los premios MTV en el Radio City Hall de Nueva York, por ello se acercó a las limusinas en las que llegaron los famosos.
En el lugar, un chófer, presunto empleado de Diddy, le dijo a ella que era “del tipo de lo que el rapero buscaba” y la invitó a una fiesta privada, no sin antes pedirle firmar un documento de confidencialidad sobre lo que allí veía.
La denunciante, de la que se ha protegido su identidad, relata que tras ingerir una bebida una vez que estaba en esa casa, se sintió mareada y se acostó en una habitación vacía. Al poco tiempo, apareció “Diddy” Combs con dos famosos que no se identifican. Los dos hombres supuestamente la violaron por turnos, mientras la mujer miraba.
Lea más: Justin Bieber no quiere saber nada sobre el caso de los abusos de “Diddy” Combs
La mujer no ha querido identificar a esos dos famosos, al menos hasta el momento, y solo describió detalles generales de esa fiesta, como que en ella circulaban cocaína y marihuana.
Después de aquel incidente, la denunciante asegura haber sufrido durante toda su vida una profunda depresión.
La defensa de Combs, que ha negado repetidamente cualquier episodio de abuso, sea contra adultas o menores, ha calificado este último documento como uno más de las denuncias oportunistas contra el cantante, y ha exigido conocer la identidad de la acusadora para no tener que “jugar al juego de las adivinanzas”, según relata el New York Post.
Combs se encuentra bajo custodia federal mientras espera un juicio por cargos de conspiración, crimen organizado, tráfico sexual y transporte para ejercer la prostitución. El cantante se ha declarado no culpable de todos los cargos.
El juicio contra el rapero y productor está programado para el 5 de mayo del 2025 en Nueva York y se espera que se extienda durante un mes, aunque la Fiscalía federal advirtió de que podría prolongarse porque podrían presentar más cargos contra el artista.
Combs fue arrestado el 16 de septiembre en Nueva York y permanece en prisión sin derecho a fianza.
Su caso, dada la cantidad de víctimas y de celebridades que pueden aparecer como cómplices, podría explotar como un segundo #MeToo, surgido en 2017 por las denuncias de acoso y abuso contra el productor cinematográfico Harvey Weinstein, en este caso concentrado en el mundo de la música, que completaría así los “trapos sucios” del primero, que consiguió airear el mundo del cine.
