Construyendo ideas

La revolución la hacemos todos

Hoy, más que nunca, Guatemala necesita un cambio profundo.

80 años de la Revolución de octubre. 80 años de búsqueda. 80 años de navegar enfrentando embates que parecen interminables, tratando de mantener el rumbo hacia un puerto que aún no divisamos.

La revolución que Guatemala necesita no puede lograrse sin la participación activa de todos.

Hoy, más que nunca, Guatemala necesita un cambio profundo. Un cambio que nos permita dejar atrás las sombras de corrupción que han impregnado nuestra historia reciente. ¿Estamos lejos de esa meta? La respuesta no es simple, pero hay algo claro: seguimos caminando, con el mismo anhelo de justicia y dignidad que nos impulsó hace 80 años.

A nuestro alrededor, las obras inconclusas de gobiernos anteriores se han convertido en símbolos de promesas rotas. Mientras tanto, el miedo a ejecutar fondos públicos paraliza los avances, y el futuro que tanto deseamos parece siempre postergado. Cada día se hace más evidente que los cambios que la gente clama —una mejor educación, un sistema de salud que funcione, oportunidades reales para todos— se ven bloqueados por el cáncer de la corrupción que se instalo en el aparato estatal hace muchos años. Y ante esto, muchos han perdido la esperanza, convencidos de que no hay salida.

Pero ¿es esta la historia que queremos seguir escribiendo? ¿Acaso debemos resignarnos a que nuestros sueños de un país mejor queden enterrados bajo las mismas dinámicas de siempre?

No.

La revolución que Guatemala necesita no puede lograrse sin la participación activa de todos: desde las ciudades, pueblos, aldeas y caseríos. Cada uno de nosotros tiene un papel que cumplir. No podemos seguir esperando que otros tomen las riendas de nuestro destino. Una revolución no se construye desde la pasividad ni desde la queja; se construye desde el compromiso, desde la acción.

Es fácil caer en la desesperanza cuando vemos a nuestro alrededor el deterioro de las instituciones y el cinismo de quienes detentan el poder. Pero también es aquí donde radica nuestra mayor fortaleza: en nuestra capacidad de unirnos, de soñar juntos, de exigir un futuro diferente. La historia nos ha enseñado que los mayores avances han sido el resultado de alianzas entre las fuerzas sociales, cuando hemos dejado de lado nuestras diferencias para trabajar por un bien común.

La corrupción no es un monstruo invencible. Sí, es cierto que está enraizada en cada rincón del sistema, desde los más altos niveles hasta el cotidiano soborno. Pero también es cierto que la podemos enfrentar, paso a paso. Desde las pequeñas acciones del día a día, negándonos a participar en esas prácticas corruptas que hemos normalizado, hasta apoyando movimientos que promueven la auditoría social y exigiendo rendición de cuentas a nuestras autoridades.

Esta es la revolución moral que Guatemala necesita: una revolución que no solo transforme la política, sino que renueve el alma de nuestra sociedad. Una revolución donde tanto ciudadanos como autoridades comprendan que el bienestar común está por encima de los intereses particulares. Donde los funcionarios asuman su papel con integridad, sabiendo que representan a un pueblo que les ha dado una misión, y donde los ciudadanos, a su vez, asuman su responsabilidad con el país, pagando sus impuestos y exigiendo que esos recursos se inviertan en lo que realmente importa: educación, salud, seguridad.

Una revolución solo será posible si comprendemos que todos somos parte de la solución. No es necesario que pensemos igual, pero sí que estemos dispuestos a trabajar juntos. La Revolución de Octubre nos dejó una lección invaluable: cuando nos unimos, podemos lograr lo impensable. Hoy, el desafío es aún mayor, pero también lo es nuestra capacidad de soñar y de luchar por ese futuro mejor que tanto deseamos.

Este es nuestro momento. El cambio no vendrá de un día para otro, pero si empezamos hoy, si nos involucramos, si creemos que es posible, construiremos el país que queremos. Porque Guatemala lo merece. Porque nosotros lo merecemos.

ESCRITO POR:

Pedro Cruz

Ingeniero Industrial y magíster en Mercadeo Global Analista político. Emprendedor de iniciativas para el desarrollo de Guatemala

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