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Las dos razones por las que el sector de vestuario y textiles se recuperará al cierre del 2024

La industria textil y de confección es una de las más grandes exportadoras del país, cerró el 2023 con una caída de 18% luego de dos años de cifras récord posterior a la pandemia del covid, ahora tienen expectativas positivas.

Fábrica de textiles y confección

Las fábricas de textiles y de hilaturas tienen demanda de mano de obra diferente a las de confección. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Luis Óscar Estrada, gerente de la Asociación de la Industria del Vestuario y Textiles (Vestex), conversó con Prensa Libre sobre la importancia de la atracción de inversiones, y estiman que cerrarán con un crecimiento de exportaciones entre 4.5% y 6% este año.

Se tenían muchos años de no recibir una inversión española en el sector y la decisión de Nextil genera confianza para que otras firmas europeas se instalen en Guatemala, dijo el ejecutivo, sin olvidar que el país también enfrenta retos.

En ocho meses, el sector registra US$1 mil 097.3 millones en exportaciones, 5% más que a la misma fecha que el año anterior, según datos del Banco de Guatemala.

¿Este año cuántas inversiones extranjeras hay en el sector de vestuario y textiles?

La intención de inversión está en entre US$250 millones a US$300 millones, principalmente en el área de hilatura, tejeduría así como lavados y acabados.

Hay varias inversiones en marcha, pero muchas plantas aún no están funcionando. Varios proyectos están en proceso de construcción en especial para fábricas de tela y fábricas de hilatura, y esperamos que se puedan consolidar algunas nuevas inversiones en la parte de confección. Sin embargo, en esta última área estamos enfrentando la dificultad de encontrar la mano de obra.

¿Qué harán al respecto para ubicar personal?

Estamos explorando cómo podemos mover la industria del sector hacia el interior del país, por ejemplo, en el corredor de puerto a puerto para que sea una fuente generadora de empleo formal directo y también impulse la descentralización del país.

Llevamos trabajando en eso muchos años para lo que hemos estado en conversaciones con alcaldes para poder desarrollar áreas en específico y esperamos poder concretar algunas. En el sur se ha anunciado la construcción de un parque industrial en Escuintla donde se está apostando mucho a esta industria. Eso va a permitir que la industria que se ha ido moviendo desde Palín para atrás vaya teniendo la oportunidad de poder descentralizar ese sector.

¿Qué significa la decisión como la de Nextil de instalarse e invertir en el país?

Esta inversión representa una nueva tecnología y la oportunidad de una diversificación en Guatemala con productos de un alto valor agregado, en lo cual el país se ha ido caracterizando ya que compite en el extranjero con estos productos diferenciados.

Guatemala ya no es un país solo ensamblador, sino que ha ido migrando a la elaboración de muchos procesos que generan valor, por ejemplo, en esta planta según se escuchó, no habrá una alta concentración de mano de obra intensiva, sin embargo, lo que ellos van a producir se convertirá en prendas de alto valor que las van a confeccionar empresas que sí tienen esa alta concentración de mano de obra.

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Teníamos muchos años de no recibir una inversión española, y la decisión de esa compañía genera mucha confianza para que empresarios de países de Europa vengan a Guatemala también aprovechando el Acuerdo de Asociación con esa región.

Esta corporación se está acercando a Guatemala porque su mercado natural es Estados Unidos y nosotros tenemos una preferencia con el Tratado Libre Comercio con ese país, lo cual permite la elaboración de prendas desde un origen y materias primas para que entren a Estados Unidos libres de aranceles.

También hay dos fábricas colombianas que se están moviendo para acá porque buscan exportar a Estados Unidos, ya que su tratado de comercio no brinda los mismos beneficios que el Cafta.

El sector empezó el 2024 con bajas exportaciones respecto del año anterior, ¿cuál es el comportamiento actual?

Según datos del sector, vamos 3.9% arriba que el año pasado, hubo unos meses muy bajos, pero luego mejoró. Es importante resaltar que hemos crecido en monto, pero no en cantidad de unidades y eso se debe al valor agregado que damos en los productos.

¿Qué les ha permitido mejorar durante el año en exportaciones?

Es el comportamiento del mercado el cual dicta hacia dónde vamos. Este año estimamos cerrar con un crecimiento estimado de entre 4.5% y 6%.

Creo que este puede ser un año de recuperación para la industria de confección que había estado muy golpeada, de igual forma que la industria de textiles.

Ya se acerca el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, temporada en la que hay muchas ofertas en ese país y que marca el termómetro de cómo va a ser fin de año y los primeros meses del otro año.

Tenemos expectativas altas de que arranque una muy buena temporada en ventas, son días de locura de compras en ese país, además vienen las finales del béisbol y eso también genera cierta demanda para algún tipo de prendas.

Sin embargo, menciona varias preocupaciones, entre ellas el tema del salario mínimo para el 2025 ¿a qué se debe?

Los agentes económicos en general y principalmente en esta industria visualizan mucho el futuro ya que, por ejemplo, deben cotizar ahora prendas para el próximo año, pero hay incertidumbre si no se sabe cuál será su costo directo de mano de obra.

Es una de las mayores preocupaciones en el área de confección porque como sector estamos compitiendo con países vecinos donde el costo de mano de obra es inferior, y una marca lo que busca es precio, calidad, tiempo de entrega que son los factores que predominan en esa industria. Pero las fábricas no pueden trasladar un costo a un comprador porque automáticamente busca otra opción.

¿Han estimado las pérdidas o el aumento de costos por el problema de la infraestructura?

Hay costos que se generan porque se ha tenido que exportar muchas veces por vía aérea, que representa 3 o 4 veces más que el costo de un embarque marítimo y eso lo absorbe la fábrica, además del pago de horas extras y de turnos, porque las fábricas tienen que cumplir con los tiempos.

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Son factores que se han ido sumando a los costos de las fábricas, porque las demoras en los puertos son bastante significativas, hay una presa muy grande en los puertos. El tema de la movilidad también ha afectado porque las fábricas reestructuraron los turnos de producción o los horarios de trabajo para poder adaptarse. Afortunadamente, ya va terminando el invierno y hay un mensaje del gobierno de que van a comenzar a trabajar la parte de la autopista de Palín-Escuintla, porque también está muy serio, imagínese atravesarse de Amatitlán a Palín en dos horas y media es demasiado, eso afecta la competitividad de las empresas.

En cifras

  • Las ventas del sector de vestuario y textiles en el 2023 cayeron 18%, y cerraron US$1 mil 848.8 millones. Ese año las exportaciones totales del país también cayeron -9.3%, al situarse en US$14 mil 195.7 millones.
  • El sector venía de dos años récord de exportaciones, luego de la caída de -11.9% registrada en el 2020, primer año de la pandemia.
  • En el 2021 creció 33.5%, y en el 2022 se situaron en un monto récord de US$2 mil 257.4 millones con 16.8% más.
  • Para el 2024, empezaron algunos meses bajos, pero a agosto van en US$1 mil 097.3 millones, 5% arriba que el mismo plazo del 2023, según datos del Banguat.

ESCRITO POR:

Rosa María Bolaños

Periodista de Prensa Libre especializada en medios escritos y radiales en temas de energía eléctrica, empleo, impuestos, empresas y negocios con más de 20 años de experiencia.