Según un estudio publicado la semana pasada por científicos australianos, la gran barrera de coral en Australia perdió más de la mitad de sus corales durante los últimos 27 años.
La acantáster púrpura, una estrella de mar invasiva también conocida como la “corona de espinas” es responsable del 42% de los daños.
Los investigadores del Centro de excelencia para los estudios sobre los arrecifes coralinos de la Universidad James Cook (James Cook University’s Centre of Excellence for Coral Reef Studies), en Queensland (nordeste), desarrollaron un cultivo que infecta la estrella de mar con una bacteria capaz de fulminarla en 24 horas.
Queda por demostrar que el método sea selectivo y no amenace a las demás especies marinas.
“Cuando uno desarrolla un método de control biológico, hay que velar que tenga como blanco sólo las especies concernidas y asegurarse de que no pueda perjudicar a las otras especies o a su entorno”, explicó el profesor Morgan Pratchett.
“Este compuesto parece muy prometedor sobre este punto aunque hay que realizar todavía numerosos tests en acuario antes de efectuar experiencias en el mar”, dijo.
En los lugares turísticos de Australia, los submarinistas controlan la proliferación de las estrellas de mar inyectándoles un veneno una por una.
La bacteria permitiría destruir hasta 500 ejemplares con una única inyección.
El océano Pacífico padece actualmente una invasión de acantáster púrpura que afecta al territorio estadounidense de Guam, la Polinesia francesa y Papuasia Nueva Guinea, y se extiende hasta el Océano Índico.