SALUD Y FAMILIA

Cuál es nuestra relación con la Luna y cómo nos afectan sus ciclos

Aún de forma inconsciente, la Luna se pone en sintonía con los signos para manifestar nuestra realidad y hablarnos sobre el cuerpo y la mente.

Cómo nos afectan los ciclos de la Luna

A lo largo de las ocho fases de la Luna, el astro influye en el cuerpo físico y emocional de las personas. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

La Luna nos acompaña desde que nacemos hasta el último día de nuestro paso por la Tierra. Siempre nos relacionamos con ella a distintas escalas, y a partir de ese vínculo encontramos una diversidad de efectos.  

De acuerdo con la terapeuta Silvia Cordón, especialista en energías, la relación con la Luna nos puede hacer pensar también en nuestro vínculo con el cosmos entero. Esto nos recuerda, a la vez, que somos parte de una misma unidad dentro de este universo.

“Aunque mucha gente dice que la Luna ni siquiera es un planeta, tiene una función relevante. Por ejemplo, en las tradiciones ancestrales de la cultura maya, se trata de un elemento importante, pues es considerada la abuela Luna, un símbolo de energía femenina, de lo místico, y que guarda una sabiduría importante”, detalla Cordón.

Siendo atraída por el planeta Tierra, la Luna ejerce una gran influencia en nuestras vidas por distintos aspectos, sobre todo a nivel emocional y psicológico. De acuerdo con la terapeuta consultada, al entender que somos una unidad con todo lo que tiene vida, podemos comprender que esto también influye en nuestras formas de comportamiento.

"Al entender que somos una unidad y que todos los elementos vivos estamos interconectados, podemos darle una explicación a cosas que, de otro modo, parecerían no tenerla o a las que no les encontramos lógica", apunta Cordón.

Stefanie Peláez, investigadora de Astrología y guía en reconexión con el alma, explica que la Luna, al ser el satélite natural de nuestro planeta, nos puede enseñar la importancia de los ciclos, ya que nace, crece, se ilumina por completo y "muere" cada mes. Para la experta, esto nos habla sobre la importancia de fluir con los cambios.

Peláez comenta que es importante notar que la Luna impacta nuestras vidas según esté operando en determinados signos zodiacales. "La Luna recorre velozmente el zodiaco y en cada signo nos propone desafíos distintos que podemos sentir como un 'clima general' energético que impacta en el cuerpo y en las emociones", señala Peláez.

De acuerdo con la investigadora, aun de forma inconsciente, la Luna se pone en sintonía con los signos para manifestar nuestra realidad.

La Luna, el cuerpo y la mente

Además de la influencia que hemos visto en el cuerpo emocional de las personas, cabe mencionar que el satélite natural del planeta Tierra impacta en el estado físico. Silvia Cordón recuerda que varias investigaciones han estudiado las razones detrás del sangrado que provoca en algunas personas la Luna llena.

De acuerdo con una publicación del portal de salud Healthline Networks, a lo largo de la historia han surgido estudios que tratan de establecer la relación entre la Luna y la menstruación en los cuerpos gestantes. Según apunta el sitio, una de las primeras personas en investigar sobre el tema fue el mismo Charles Darwin, quien observó un patrón asociado entre la temporalidad del ciclo menstrual y el ciclo lunar.

Por otro lado, se menciona un estudio de 1986 en el que se descubrió que el 28.3 % de un grupo de 826 mujeres encuestadas comenzó su ciclo menstrual coincidiendo con el inicio de la Luna nueva. Décadas más tarde, una investigación de 2021 dio a conocer que la exposición a luces artificiales y el ritmo de la vida posmoderna habían interrumpido el ciclo menstrual.

Cuál es nuestra relación con la Luna y cómo nos afectan sus ciclos
La Luna es un cuerpo celeste que puede ayudarnos a fijar nuevas metas. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Aparte de los fluidos sanguíneos, existen otras formas de relación entre el cuerpo y los astros. Hay quienes consideran importante verificar incluso las fases de la Luna antes de realizar una operación. Para muchas otras personas, la Luna ha demostrado ser un elemento que afecta las emociones, apunta Silvia Cordón.

¿Es fácil asimilar estas creencias más allá de lo que puede responder la ciencia de forma precisa? En palabras de la terapeuta: "Es entender que esa energía externa a nosotros, si aprendemos a conocerla y entenderla, nos puede beneficiar, potenciar y ayudar a buscar herramientas para estar centrados".

A la vez, esto supone prestar atención a lo que pasa a nuestro alrededor. De acuerdo con Stefanie Peláez, vernos relacionados con la Luna es algo natural, pero que pasa desapercibido.

"La Luna es la encargada de indicarnos el momento exacto en que se abren las ventanas cósmicas para nosotros. Estas aperturas llevan a la entrada de las energías que recibe nuestro mundo desde los planos superiores. La Luna es una especie de señal de tránsito que termina o empieza una de estas aperturas", agrega Peláez.

Intenciones vinculadas a la Luna

De acuerdo con la experta en astrología, la Luna es considerada el cuerpo celeste de nuestro mundo interior, en cuanto a que esta rige nuestras emociones, reacciones y costumbres. Al mismo tiempo, impulsa nuestra intuición, el carácter y los sentimientos más profundos.

La relación energética de nuestras vidas con la Luna puede manifestarse en cualquier momento de las ocho fases lunares, que se dividen en: luna nueva (o novilunio), luna creciente, cuarto creciente, gibosa creciente, luna llena (también llamada plenilunio), gibosa menguante, cuarto menguante y, por último, la luna menguante.

Sobre los cambios que pueden trazarse desde las fases de la Luna, Stefanie Peláez señala que debemos aprender que somos el microcosmos dentro del macrocosmos. En el caso de la época de luna nueva, la experta señala que es idóneo hacer cierres, agradecer, descansar, hacer limpieza energética, meditar y empezar a realizar una lista de intenciones para el nuevo ciclo.

Es importante reconocer que estas cosas irán surgiendo eventualmente. Lo esencial es que las personas puedan fijar sus intenciones, imaginando o deseando con fe que las cosas llegarán.

Cuál es nuestra relación con la Luna
La relación con la Luna nos puede hacer pensar también en nuestro vínculo con el resto del cosmos. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Durante la luna creciente, es idóneo pensar en cosas que puedan crecer o multiplicarse con menor esfuerzo. "Es un momento ideal cuando queremos que nuestro dinero, negocio, amores, proyectos, amigos, salud, bienes o clientes aumenten", señala Peláez.

Según apunta Silvia Cordón, durante el cuarto creciente las personas pueden interpretar estos días como propicios para el crecimiento: "Si están haciendo algo, prospectando un negocio, si están sembrando, o todo lo que tenga que ver con crecimiento y expansión, la etapa de la luna creciente se puede trabajar".

Por otro lado, en el cuarto menguante pueden intencionarse cosas que vayan en línea con todo aquello que las personas quieren que desaparezca, disminuya o sea eliminado de sus vidas.

En este sentido, también puede hablarse del cambio físico durante las fases lunares. "Si lo que se quiere es un crecimiento acelerado, puede cortarse el pelo en luna llena o en cuarto creciente, pero si lo que se quiere es que crezca más lento, puede ser en cuarto menguante", señala Cordón.

La luna nos recuerda la conexión que tenemos con el cosmos
La Luna es la encargada de indicarnos el momento exacto en que se abren las ventanas cósmicas para nosotros (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Asimismo, la terapeuta comparte que, durante las fases menguante, creciente y de luna llena, suelen realizarse meditaciones en las que se pone como intención ver nuevos frutos. La especialista en energías señala que, de llevarse a cabo el ritual de forma solitaria, es importante saber por qué se proponen las acciones.

Cordón enfatiza que, a pesar de estas oportunidades de relacionarse de otra forma con la Luna, es importante reconocer que no es una cuestión "mágica". Al contrario, implica un entendimiento racional y espiritual sobre la fe, vinculado al trabajo personal.

"La energía del cosmos nos recuerda que esas energías están dentro de nosotros. Si queremos expandir algo, debemos conectarnos con la energía. No es solo pedirle a la Luna; es importante hacer un plan de acción, saber qué quiero y qué necesito aprender, así como cuánto tiempo le vamos a dedicar", concluye la terapeuta.

ESCRITO POR:

Alejandro Ortiz

Periodista de Prensa Libre especializado en temas sobre cultura y bienestar, con 5 años de experiencia.