El alzhéimer se origina por las reacciones de dos proteínas, la beta-amiloide y la tau. La primera produce placas alrededor de las neuronas, en tanto que el aumento de producción de la segunda genera daño interno de las células nerviosas cerebrales, refiere el médico Josué Avendaño, especialista en medicina del adulto mayor.
Como consecuencia, las conexiones entre las neuronas son deficientes y se dañan los neurotransmisores de la memoria y del aprendizaje, lo que causa deterioro cognitivo, alteraciones psicoafectivas y conductuales en personas mayores de 60 años. Esto afecta la relación con su entorno familiar, social laboral y las actividades diarias. Su evolución suele ser larga —entre ocho y 10 años—, aunque puede desarrollarse de dos a tres.
Se caracteriza por trastornos de la memoria (amnesia), del lenguaje (afasia), de movimiento (apraxia) y dificultad para reconocer objetos (agnosia).
Señales de alerta
Este año, la Organización Mundial de la Salud emitió guías sobre el inicio y curso del alzhéimer, ya que, a menudo, los familiares y amigos lo califican como “achaques” de la tercera edad, puesto que su aparición es gradual.
“La familia solo empieza a preocuparse cuando el adulto mayor se vuelve agresivo. Lamentablemente, cuando esto sucede, la enfermedad está avanzada”, explica Avendaño.
El experto asegura que esta afección empieza a manifestarse con los olvidos. “Aunque todos olvidamos cosas, hay que preocuparse cuando la persona, por ejemplo, tiene las llaves en la mano y no sabe para qué sirven, deja objetos en lugares que no corresponden, se desorienta de manera constante o le es difícil hacer cálculos”, agrega. También se evidencian trastornos del sueño, cambios de humor o depresión. Estas situaciones son progresivas y se van agudizando.
Avendaño recomienda que los parientes acudan al médico con el paciente, ya que, en muchas ocasiones, el enfermo niega los síntomas, por vergüenza. “Hay que aceptar la enfermedad, entenderla, sobrellevarla y pensar que todos los cambios no son a propósito”, añade.
Tratamientos
Aunque este mal es incurable, los síntomas pueden controlarse con tratamientos farmacológicos que retardan el déficit cognitivo y que mantienen al paciente en una etapa temprana por más tiempo.
También es importante recurrir a una terapia sin medicamentos, como proveer al enfermo de condiciones que se adapten a su nueva vida, en un ambiente agradable, rodeado de objetos que le evoquen recuerdos; alimentación saludable, rica en proteínas; ejercicios como caminatas, que le ayuden a mantener la amplitud articular, y rotular espacios y objetos. Pero lo fundamental es que el individuo lleve una vida social como de costumbre, llena de afecto, paciencia y comprensión, aun así cuando deje de reconocer a sus seres queridos.
Aunque el alzhéimer es una enfermedad de origen genético y todas las personas pueden padecerla, un estilo de vida sano es una medida preventiva. Se aconseja practicar gimnasia mental —como resolver crucigramas o aprender idiomas—, llevar una dieta balanceada, sin exceso de grasas, rica en proteínas, fibra y antioxidantes —como ácidos grasos omega 3— y no fumar.