“Yo dije: OK, este será mi próximo trabajo”, dijo Pattinson.
Ahora Pattinson debe lanzar su película más ambiciosa, su papel más adulto, en medio de la turbulencia mediática desatada por la revelación de su compañera de elenco en Crepúsculo y novia, Kristen Stewart, quien el mes pasado pidió disculpas por tener una aventura con el director Rupert Sanders.
La situación incómoda, dice el actor, está “desasociada” de la película y no piensa en usar el interés para responder al escándalo. En vez de eso quiere aprovechar la atención para dirigirla a Cosmópolis, una película que cambió la “forma en la que me veo”, dijo en una entrevista anterior, cuando se estrenó en el Festival de Cine de Cannes.
A pesar de que es naturalmente reservado sobre su vida privada, es muy abierto y humilde sobre sus ansiedades como joven actor. A los 26 años, Pattinson es quizá uno de los rostros mas famosos del planeta, aunque todavía tiene que ganarse su lugar como actor, una profesión que según él nunca deseó, en la que cayó por casualidad y siempre le ha parecido incómoda. Su trayectoria fortuita comenzó con “Harry Potter y el cáliz de fuego” y Little Ashes (Sin límites), en la que interpretó a Salvador Dalí.
“Déspués llegó Crepúsculo y de pronto el mundo se volvió completamente diferente”, dijo Pattinson en una entrevista reciente en Nueva York. “La mayoría de la gente que triunfa sabe cuáles son sus habilidades, pero yo no lo sabía realmente”.
Cosmópolis es una película radicalmente diferente de seguro confundirá no sólo a las multitudes de admiradoras de Crepúsculo que correrán a verla cuando se estrene el viernes, sino también a los asiduos al cine de arte. Pattinson dijo que la ha visto cuatro veces para tratar de entenderla.
Es la primera adaptación de la novela de Don DeLillo, Cosmópolis, sobre el refinado financiero Eric Parker (Pattinson) , que trata de avanzar en su limosina por los embotellamientos de Manhattan con la meta de cortarse el cabello.
En el viaje, que incluye visitas de su nueva esposa (Sarah Gadon) , una prostituta (Juliette Binoche) y de manifestantes parecidos a los del movimiento ocupemos (Mathieu Amalric), es un desembrollo arbitrario para Parker, que ve fríamente cómo se evapora su fortuna por una mala inversión en el yuan chino.
“Es un egomaniaco que quiere ver algo de espiritualidad en su egomanía”, dijo Pattinson. “Es parecido a cómo se sienten los actores sobre sí mismos”.
El lenguaje estilizado y la naturaleza atípica de la película la convirtieron en una elección peligrosa e intimidatoria para Pattinson.
“No podía escuchar la voz del personaje para nada. No había nada”, dijo. “Da algo de miedo decir que sí a algo que no sabes qué es. Creo que fue interesante, había algo especial pero no tenía idea de cómo hacerlo o qué le podía aportar. Pero si le dices que no a Cronenberg porque no crees que es suficientemente bueno, es algo estúpido”.
Cronenberg sabía lo que implicaba trabajar con Pattinson.
“Rob es popular”, dijo seriamente el director.
“No podría haber elegido a Rob sin Crepúsculo, justo como no podría haber elegido a Viggo (Mortensen) sin El señor de los anillos‘, dijo el cineasta cuyas tres películas anteriores, A History of Violence (Una historia violenta), Eastern Promises, A Dangerous Method (Un método peligroso), fueron protagonizadas por Mortensen. “El hecho de que alguien que tiene fama esté dispuesto a hacer una película que es difícil es un regalo para un director, porque no sólo tienes al tipo correcto como actor, hay interés financiero y se puede hacer la película, no es algo que se logre fácilmente”.
Pattinson parece animado por la libertad que podría llegarle tras el estreno de la última película de Crepúsculo en noviembre. Por ahora tiene asegurados papeles en historias arriesgadas y poco comerciales como “Mission: Black List” , una cinta de suspenso militar y The Rover del director australiano David Michod (Animal Kingdom), un papel que según cuenta le costó obtener mucho más que cualquier otro.