Hasta un 8 por ciento de los medicamentos contra malaria aprobada por la OMS no contienen la dosis adecuada o potencian la resistencia a la enfermedad.
Los medicamentos de pobre fabricación y las falsificaciones son uno de los grandes problemas en el mundo, particularmente en un momento en que emergen signos de una creciente resistencia a la artemisina, el principal tratamiento contra la malaria, una enfermedad que según la OMS mató a 655 mil personas en 2010.
Un estudio realizó pruebas a 104 medicamentos en base a artemisina de farmacias de Ghana y Nigeria que fueron ofrecidos por la iniciativa para Medicamentos Accesibles contra la Malaria del Fondo de Lucha Global contra el SIDA, diseñado para mejorar el acceso a los tratamientos.
De entre ellas, se encontró que ocho tenían dosis significativamente bajas de artemisina o menos del 75 por ciento del principal componente del fármaco, según los autores del estudio.
Otro estudio por separado de 2 mil 652 fármacos esenciales, que incluían medicinas para la malaria, la tuberculosis y las infecciones bacterianas encontró que el nivel de fallo entre los productos aprobados por la OMS era de un 6.8 por ciento.
Las muestras procedían de 11 lugares de Africa, tres en India, así como Sao Paulo, Moscú, Bangkok, Estambul y Pekín.
La tasa más alta de defectos, 17.65 por ciento, se encontraban entre los productos chinos aprobados por la OMS, afirmó el estudio.
Los investigadores afirman que la OMS ha lanzado una investigación.