Muchos jóvenes, pero también familias, incluso con niños pequeños, teñían el centro de Madrid de rojo y amarillo bajo un intenso calor, con banderas, camisetas, gafas, gorros y todo tipo de indumentaria para celebrar un triunfo histórico de la Roja.
Entre los asistentes estaba José Abad, que esperaba en la Gran Vía, una de las principales arterias de la capital y que este lunes se había engalanado con decenas de banderas españolas, al autobús que transportará a los ganadores de Europa.
Abad, desempleado del sector del transporte, de 33 años, esperaba celebrar una victoria con la que, dijo, “te libras un poco de las tensiones, de pensar en si tienes trabajo o no” .
En Cibeles, cerca del escenario en el que se espera a Casillas, Ramos, Torres y compañía al final de la tarde, se encontraba una familia procedente de Jaén (Andalucía, sur) , llegada a la capital por la mañana tras cuatro horas de viaje en coche.
“Hemos venido para celebrarlo con ellos porque se lo merecen. En el Mundial no pudimos venir” , explicó Pilar, de 34 años, acompañada por su marido, Javier, de 44, y su hija, Pilar, de 12.