A su juicio, “sólo de la biología fundamental saldrá la solución radical a la enfermedad del cáncer” , pero es posible, admite, que él no lo vea, aunque “sí en los próximos 50 años encontraremos la cura”.
Varshavsky fue distinguido por descubrir los mecanismos implicados en la degradación de las proteínas en la célula, así como su importancia fundamental en los sistemas biológicos y para la medicina.
En los años 80 se creía que esta degradación constituía un proceso sencillo, destinado sólo a limpiar la célula de proteínas viejas o defectuosas, pero su trabajo demostró que se trata de un mecanismo complejo y esencial para la célula.
De hecho, su mal funcionamiento está implicado en numerosas patologías, como el cáncer o el alzheimer.
En concreto, su grupo de investigación constató que un tipo de proteínas llamadas ubiquitinas funcionan como etiquetas que se unen a las proteínas que deben ser destruidas.
Varshavsky explica que aún el desarrollo de fármacos dirigidos al sistema de las ubiquitinas es “incipiente” y recuerda que un medicamento es una realidad después de 15 ó 20 años.
Este investigador nació en Moscú en 1946 y desde siempre, dice, quiso ser científico, aunque su vocación empezó con los números: “de joven quería ser matemático puro, pero me gustaban todas las ciencias”.
“A medida que te enfrentas al verdadero oficio te das cuenta de que varias cosas a la vez no puedes hacer y que dentro de tu rama -en este caso la biología- tienes que elegir un área muy específica”, recalca.
Varshavsky, a quien el KGB dejó viajar para recoger información sobre la ciencia en otros países, lo que en su segunda “misión” le permitió escapar de Rusia, afirma que aún no ha cumplido su sueño: “me queda por hacer casi todo” .
En este sentido, apunta que casi todos los descubrimientos tienen “una cualidad interesante” , resuelven un problema y crean muchos otros.