Según su hijo mayor, el economista Mario Asturias Morel, la mayor contribución de su padre fue en materia de manejo y política monetaria, ya que junto con otros grandes economistas, estuvo desde los inicios de la fundación del Banco de Guatemala.
Simons recordó que estuvieron juntos en la primera Junta Directiva de la Asociación de Gerentes de Guatemala.
Lejos del traje, la corbata y las formalidades que su trabajo exigían, vivió una vida balanceada que le permitía conectarse con su familia al salir de la oficina. Fue un padre muy entregado que sabía dedicarle tiempo a cada miembro de la familia, afirma Tere Morel de Asturias quien compartió con él más de 60 años de matrimonio.
Amante de la lectura, la guitarra y la música, organizaba su agenda para recibir una clase de 30 minutos antes de salir de su casa. Su motivación era aprender canciones que estuvieran de moda para amenizar las reuniones familiares.
A los 50 años descubrió el atrevido deporte de esquiar, el cual practicaba cada vez que podía. Otra de sus pasiones era viajar. Recorrió varios países de Europa y América.
Planificaba viajes no tradicionales que disfrutaba muchísimo con su familia.
Vida ejemplar
Mario Asturias también fue un hombre visionario que inculcó en sus hijos la búsqueda de la excelencia.
Su hija Lorena afirmó que siempre estuvo rodeado de personas a las que apoyó para salir adelante. No dejó de tenderles la mano a quienes podía, incluso sin que le solicitaran su ayuda.
De acuerdo con sus hijos y amigos la humildad y la sencillez son las principales cualidades que describen la existencia de Mario Asturias Arévalo, quien vivió intensamente hasta que el cáncer debilitó su salud. Falleció el 29 de febrero de este año, pero dejó un cúmulo de alegrías, experiencias y buenos recuerdos en sus seres queridos.