A los 25 minutos de haber empezado, el cantor de 70 años hizo un paréntesis para hablar de su gratitud hacia quienes le permiten hacer lo que le gusta, recorrer el mundo, conocer gente y encima de eso recibir un salario.
Con momentos sobrios, con poemas cantados como Hoy por ti, mañana por mí o la Romanza del Curro Palmo, Serrat fue seguido por los conocedores de su obra que cantaron en voz baja las letras de sus canciones y se relajaron cuando el poeta introdujo algún comentario humorístico.
Después de su clásico Mediterráneo, Joan Manuel anunció a la gente que se ajustara los cinturones para hacer un viaje al principio y entonces interpretó alguna de sus joyas más antiguas, varias de los tiempos de cuando vino por primera vez a México, en noviembre de 1969.
Poema de amor, Titiritero, Cantares, Tu nombre me sabe a hierba, Esos locos bajitos y Para la libertad fueron el pretexto para aumentar el ambiente de complicidad entre el poeta y sus seguidores que no le permitieron dejar el escenario cuando intentó despedirse luego de 18 canciones.
Pueblo Blanco y No hago otra cosa que pensar en ti, parecieron marcar el final, pero Serrat volvió a ceder a las peticiones de sus admiradores y regresó para terminar con Fiesta y Lucía, que terminó de cantar cuando faltaban segundos para completar dos horas de concierto.
El Palacio de Bellas Artes será escenario de otros cuatro conciertos hasta el 2 de febrero y luego el catalán se presentará en ciudades de los estados de Veracruz, Tabasco, Yucatán, Quintana Roo, Oaxaca, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Baja California, Sonora y Chihuahua en una gira que terminará a inicios de marzo.