Universidades en jaque
Empero, para nadie es un secreto que las diversas casas de estudio se encuentran en un eterno letargo apátrida; un fango turbio, fétido y amorfo que ha distorsionado la naturaleza, objetivos, resultados e impactos de las universidades en coadyuvar en la calidad de vida de las personas, pues han fracasado sustantivamente en la dirección, organización y desarrollo de la educación superior del Estado.
En Guatemala, en 2013 existían 14 universidades autorizadas que albergaban alrededor de 312 mil estudiantes, y según el Ranking Iberoamericano SIR 2012, las primeras cinco universidades que tienen mayor producción científica son, en su orden, la Universidad de San Carlos de Guatemala, la Universidad del Valle de Guatemala, la Universidad Francisco Marroquín, la Universidad Rafael Landívar y la Universidad Mariano Gálvez de Guatemala. Sin lugar a dudas, un apartado polémico que debe ser sujeto de un balance crítico y propositivo.
Ahora bien, comprender la profunda crisis de las universidades implica realizar un análisis objetivo sobre las falencias histórico-estructurales y los vicios contemporáneos que cohabitan en sus entrañas: ¿Cómo hacer efectivo el Estado de Derecho para transformar el imaginario social de que la autonomía de la Universidad de San Carlos de Guatemala no es sinónimo de corrupción, impunidad, mediocridad y politización de procesos e instancias en las cuales participa facultadas por ley? ¿Cómo trascender la lucrativización corporativa de las universidades privadas del país en función de formar ética y rigurosamente a las presentes y futuras generaciones de líderes nacionales para conducir estratégicamente los designios del cooptado y disfuncional Estado? ¿Cómo reencauzamos el rol de las universidades, que son aparatos ideológicos del Estado y grupos de presión para convertirse en ideólogos y motores del desarrollo sostenible? ¿Cuál es la política conjunta del Consejo Superior Universitario y del Consejo de la Enseñanza Privada Superior para atacar de raíz las perversas prácticas de las casas de estudio poporoperas en cuanto a la venta de EPS, privados, compra de tesis y graduaciones amañadas?
No obstante, la radiografía pésima de las universidades en jaque nos invita a fortalecerlas institucionalmente, es decir, realizar un enroque reivindicativo antes de que se ejecute un jaque mate, pues son las gestoras del conocimiento intelectual y valores democráticos indispensables para la reforma del Estado, modernización del sistema político y edificación del arte y la cultura que aseguran la estabilidad social, promueven el desarrollo y bienestar humano.
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