Un rostro infantil y una extrema delgadez hicieron que la camaleónica Moss fuera el centro de atención de las pasarelas que en esa época estaban dominadas por modelos con reconocida trayectoria como Claudia Schiffer o Cindy Crawford.
La primera portada en la que Moss apareció fue en 1990, para la revista The Face, cuando tenía 14 años, en la que impulsó un nuevo concepto de belleza. Desde entonces su estilo no ha dejado de cobrar nuevas dimensiones y, según Forbes, es una de las modelos más adineradas e influyentes del mundo.
La carrera de Moss abarca multimillonarios contratos para firmas como Chanel, Burberry, Longchamp, Bulgari, Rimmel, Calvin Kleiny Mango.
En sus 40 primaveras su nombre sigue siendo garante de éxito en cualquier campaña publicitaria, como comprobó el empresario Philip Green al encargarle el diseño de varias colecciones para sus populares almacenes de moda Topshop, que retomará este año.