Con otra mirada
73 años de Prensa Libre
Me place comentar que el presente artículo es el No. 500 de la etapa de Columna Propia.
Prensa Libre fue fundado el 20Ag1951 por Pedro Julio García, Álvaro Contreras Vélez, Salvador Girón Collier, Mario Sandoval Figueroa e Isidoro Zarco Alfasa. Fue resultado del ímpetu de la Revolución de Octubre de 1944, en un contexto político en el que habían sobrevivido dos importantes diarios como fue El Imparcial y sigue siendo La Hora, en su edición vespertina.
En la celebración de su 73 aniversario, el Consejo Directivo, ahora en manos de la segunda y tercera generación de aquellos periodistas visionarios, convocó a los 40 columnistas y plumas invitadas, a un inusitado encuentro para agradecer nuestra contribución al medio. Christian Blank hizo un grato recorrido de cómo Prensa Libre, a lo largo de siete décadas, alcanzó un alto nivel de comunicación, único en Centroamérica, al sumar a su edición escrita la TV, modalidad más común en América del Sur y, desde luego, su adaptación a la era digital, actualizándose y diversificando sus productos. Por su parte, Mario Antonio Sandoval comentó sobre el valor que representa la participación de sus invitados —los columnistas— profesionales que con el valor de su firma ilustran a los lectores sobre diversos temas de lo que a su parecer sucede en nuestro país; acción que nos homologa al gremio periodístico, en cuya calidad fuimos felicitados.
Distinción que más de uno agradeció. De mi parte, el solo hecho de estar presente en tan particular encuentro trajo a mi memoria, del entonces niño de 4 años, imágenes de aquellos primeros ejemplares, cuyo formato contrastaba con el inmenso de El Imparcial, que ofreció una manera más cómoda de manipular el nuevo noticiero.
Otra imagen que vino a mi memoria fue la noticia publicada por PL, ya como estudiante de Arquitectura en el segundo semestre de 1968, cuando gané el concurso para el diseño de la escenografía para el Ballet Moderno y Folklórico, que por convenio de la Facultad, con la Dirección General de Bellas Artes, realizó don Carlos Rigalt en el Conservatorio Nacional de Música. El proyecto, por demás está decirlo, me abrió las puertas del mundo de la cultura, la música, el ballet y las artes plásticas, al que me sume de por vida.
Convocó a los 40 columnistas y plumas invitadas a un inusitado encuentro para agradecer nuestra contribución.
Una vez graduado como arquitecto y luego de algunos años de práctica profesional, opté por especializarme en conservación de monumentos y centros históricos. Los terremotos de Feb1976 me pillaron en pleno curso de especialización. Regresé a Guatemala a finales de ese año. Mi colega José Asturias Rudeke había sido contratado para restaurar y reestructurar la Catedral Metropolitana; me invitó para ser residente del proyecto, hacer levantamiento arquitectónico, de daños y dirigir su restauración, en tanto él se encargó de la reestructuración. Por entonces, Asturias Rudeke terminaba las Memorias del Simposio sobre el Terremoto y el Proceso de Reconstrucción, con el apoyo de Mario Antonio Sandoval, en tanto tenía a su cargo la Redacción de PL.
El desempeño en la restauración de Catedral me permitió ganar el concurso para el Cargo de Conservador de la Ciudad de La Antigua Guatemala, tarea que, al igual que la anterior, me ocupé de divulgar a todos los medios. Prensa Libre no fue la excepción, como tampoco la restauración fue el único tema que me empeñé en difundir en el afán de consolidar mi propia identidad cultural.
Como un asunto fortuito pero simbólico, me place comentar que el presente artículo es el No. 500 de la etapa de Columna Propia: Con otra mirada, iniciada el 8En2015.
¡Larga vida a PL y su personal!