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Época prehispánica: los sonidos mayas

Las evidencias de los instrumentos utilizados por los mayas se encuentran representadas en murales, vasos policromos, esculturas, figuras de cerámica, códices y  jeroglíficos.

Época prehispánica: sonidos mayas

Este silbato de guerrero con tocado de jaguar, que probablemente era de la región de las Verapaces, forma parte de la exposición Animales Fantásticos que se exhibe en el museo Popol Vuh. (Foto Prensa Libre: Cortesía Colección del Museo Popol Vuh, Universidad Francisco Marroquín.)

A lo largo de la historia los instrumentos musicales han acompañado a la humanidad. Sin embargo, “no podemos hablar de música precolombina”, dice Alfonso Arrivillaga Cortés, antropólogo y etnomusicólogo e investigador de la Dirección General de Investigación de la Universidad de San Carlos de Guatemala, quien expone que el concepto de música que conocemos —ritmos, tiempo y armonía—  es  occidental. Con dicha concepción   abordamos el tema en esta primera entrega de la serie.

Pero, antes, existió el canto y tenía un corpus grande, afirma Arrivillaga. Por su parte, Dieter Lehnhoff dice en su libro que “la música instrumental probablemente no sea tan antigua como la vocal”.

Las evidencias de los instrumentos utilizados por los mayas se encuentran representados en murales, vasos policromos, esculturas, figuras de cerámica, códices y  jeroglíficos, añade Arrivillaga.

Época prehispánica: los sonidos mayas
Incensario que muestra a un personaje tocando un tun del período Clásico Temprano (250 - 600 d.C.), hallado en KaminalJuyú. MNAE. (Foto Prensa Libre: Lucrecia Choy)

En los murales de Bonampak se pueden observar ilustraciones de personajes con instrumentos musicales, anota Lehnhoff, al comentar una escena en la cual interactúan caudillos de guerra, prisioneros que serían sacrificados y un numeroso grupo de guerreros músicos que portan sonajas, caparazones de tortuga y un tambor grande, mientras otros hacen sonar largas trompetas.

 En la página 26 del códice de Dresde hay una escena donde aparece un tacuacín mam cargando un jaguar o cacaxte. El mam sostiene con su mano derecha una estafeta —bastón distintivo— que termina en una mano humana y un abanico o sonaja —chinchín o maraca— en la otra, anota el libro “Códice de Dresde” de la Universidad Mesoamericana.

Sin embargo, cómo sonaban  es algo que queda a la imaginación, subraya Arrivillaga.  Debido a la precisión con que anotaron fechas, nombre y lugares, de seguro  también anotaron sobre la música, estima Lehnhoff.

  Según  Arrivillaga, en su libro “Instrumentos musicales”, existen ejemplos que se relacionan los sonidos con el inframundo, los fenómenos celestes y los sacrificios, así como con temas protocolarios y de guerra, por mencionar algunas situaciones. Estos  eran utilizados en distintos contextos socioculturales.

Vaso policromo de bailarines, del Período Clásico Tardío (600 d.C.-800 d.C), hallado en un altar de sacrificios en Petén, expuesto en el Museo Nacional de Arqueología y Etnología (MNAE).. (Foto Prensa Libre: Lucrecia Choy)

Algunos títulos escritos durante la primera etapa de la vida colonial, como el “Popol Vuh” o los libros de “Chilam Balam” incluyen menciones sobre instrumentos musicales, indica el académico.  Arrivillaga coincide y también menciona el “Título K’oyoi”, donde aparecen ejemplos  de la indumentaria y plumería  y cultura de danzas, agrega Ruud van Ekkeren en el libro “Visión indígena de la Conquista”. 

 En su análisis del Lienzo de Quauhquechollan, Van Ekkeren refiere que este narra la conquista de Guatemala por los guerreros quauhquecholtecas bajo el mando de Jorge de Alvarado y a la vez, su migración a la tierra de Guatemala,  y menciona que se observan varias escenas de danzas, en las cuales aparecen  algunos instrumentos, como un tambor de piel que en náhuat se llama huehuetl.

   Van Ekkeren  incluye  una descripción acerca de Chimaltenango que hizo el dominico irlandés Tomas Gage, quien  vivió en Guatemala entre 1625 y 1637: “(...) La iglesia no es inferior a cualquiera en la ciudad de Guatemala, y en música es superior a muchas del país... —la fiesta principal de Chimaltenango— se celebra con corridas de toros, de caballos, hay funciones de teatro, mascaradas, bailes, música y toda esta ostentación es hecha por los indios del pueblo”.

Tipos de instrumentos

Al estudio de los artefactos que producen música se le conoce como organología, ilustra Arrivillaga, que en el citado documento cita a Erich M. von Hornbostel y Curt Sachs, quienes en su obra “Sistemática de los instrumentos musicales”, de 1914, proponen cuatro principios básicos que con pocos cambios se utiliza hasta nuestros días: idiófonos, membranófonos, cardófonos y aerófonos.

  Esta propuesta se basa en la naturaleza y materia de la fuente productora de vibraciones.

Idiófonos

Los idiófonos pueden ser golpeados, punteados, sacudidos, de choque, entrechoque, de fricción y raspados para producir sonido, afirma Arrivillaga.  En el caso de las vasijas sonajeras habla de dos variantes: las vasijas con soportes huecos que por lo regular tienen cuentas de barro, y vasijas de doble fondo, donde descansan las cuentas de barro.  Asimismo, los cascabeles suenan por entrechoque al ser golpeados entre ellos y pueden ser de cerámica. Se incluye  los raspadores de hueso que fueron hechos con fémures de algún mamífero con una serie de incisiones.

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Cascabeles hallados en Iximché, Chimaltenango, pertenecientes al período postclásico tardío, MNAE. (Foto Prensa Libre: Lucrecia Choy)

Membranófonos

En el caso de los membranófonos la producción del sonido es a través de una membrana que es golpeada, frotada o punteada. Entre ellos se encuentran los tambores de cerámica con forma de copa, cuya membrana o piel iba pegada o tensada con cuerdas, describe Arrivillaga.

 Cordófonos

Los cordófonos son instrumentos con cuerdas que deben ser golpeadas o punteadas para emitir sonido, pero en el caso de la civilización maya no se han hallado evidencias, afirma el   etnomusicólogo.

Aerófonos

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Silbato de guerrero con tocado de jaguar, que probablemente era de la región de las Verapaces, pertenece al periodo Clásico Tardío. (Foto Prensa Libre: Colección del Museo Popol Vuh, Universidad Francisco Marroquín)

En cuanto a los aerófonos que producen sonido por una corriente de aire, los instrumentos musicales mayas más comunes de este tipo son de soplo directo e indirecto, ya sean vasculares o tubulares, y a su vez abiertos o cerrados, así como con o sin agujeros, detalla Arrivillaga. 

En el caso de los de soplo directo la producción sonora se obtiene cuando una corriente de aire producida por los labios del ejecutante choca en un filo o bisel.   Hubo varias formas de sucesión vascular y agujeros de digitación.

La sucesión de vásculas sopladas al centro consta de tres cuerpos unidos de manera transversal, con la embocadura al centro y cada cuerpo del lado con un agujero de digitación, o  la continuidad de las vásculas una tras otra, teniendo a la superior como embocadura que  comunica con las demás cámaras, dice Arrivillaga, quien por medio de radiografías descubre el interior y funcionamiento de estos instrumentos.  Respecto de las flautas, presentan de tres  a seis lóbulos, como las  verticales abiertas.

Además, los aerófonos de soplo indirecto tienen una boquilla con un canal de insuflación —o aeroducto— que conduce la corriente de aire que choca contra el filo o bisel. Se dividen en canal externo, cuando tienen la boquilla fuera del instrumento, e interno.

Los silbatos de mentón corresponden a otro tipo, ya que no poseen cuerpo sino solo una cavidad cerrada. Al insuflar y mover el silbato sobre el mentón se produce una variación tonal que llega a asemejar el trino de un pájaro.

Las flautas pueden ser de pico —las universales—, con rodantes internos —con una bola en su interior—, múltiples —dobles, triples o cuádruples—  y mixtas —con dos sistemas de producción sonora, como las de mentón y pico—.

A esta categoría también pertenece el silbato tubular abierto, que es una variante no reportada, apunta Arrivillaga, y que consiste en un canal externo colocado al inicio de un tubo, que por estar abierto permite taparse con la palma de la mano y al jugar con el silbato, emitir amplios y enérgicos glisados que consisten en una transición de sonidos.

Los silbatos de canal interno tienen un canal de insuflación dentro del cuerpo de  resonancia. De igual manera, los de canal interno adosado presentan el canal como parte del instrumento y representan animales o personas.

Réplicas actuales

El maestro Carlos Chaclán, ceramista y restaurador de cerámica prehispánica, ha estudiado el funcionamiento de los instrumentos y se especializó en la elaboración de réplicas, las cuales tienen la ventaja de que se pueden utilizar para intentar tener una idea de cómo sonaban.

Época prehispánica: sonidos mayas
Interior de un silbato en el taller del maestro Carlos Chaclán. (Foto Prensa Libre: Lucrecia Choy)

 En su taller se observa todo tipo de instrumentos de cerámica.  Entre ellos están los sibilantes, que producen sonido con agua y pertenecen a la categoría de los aerófonos.

 La pieza tiene agua adentro y al moverla emite el sonido.

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Sibilante reproducida por el maestro Carlos Chaclán. En su interior tiene agua y suena al moverla. (Foto Prensa Libre: Lucrecia Choy)

Música con instrumentos ancestrales

En tiempos recientes algunas agrupaciones han creado música con instrumentos prehispánicos.  Juan Carlos de Jesús Figueroa Morales, en su tesis “Continuación, innovación y experimentación. Instrumentos prehispánicos en las prácticas musicales de tres agrupaciones contemporáneas guatemaltecas del 2017”, menciona al grupo Sotz’il de El Tablón, Sololá; Hacedor de lluvia, de la capital, y Música Maya Aj’, de Comalapa, Chimaltenango. Hace la aclaración que según su investigación,  los músicos prefieren llamarla ancestral por el legado que representa.

Época prehispánica sonidos mayas
Foto de archivo de la agrupación Hacedor de lluvia. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

El Rabinal Achí

Aunque no hay certeza de cómo sonaban los instrumentos mayas en aquel entonces, algunos sonidos se cree que han perdurado hasta ahora a través de la herencia maya, como es el caso del Rabinal Achí, afirma Erick Bladimir Vásquez Pimentel, director del Museo Itinerante de Instrumentos Musicales Kinich. El investigador Alfonso Arrivillaga coincide con esta teoría.

La ejecución del Rabinal Achí se lleva a cabo el 25 de enero, por las fiestas de San Pablo en Baja Verapaz.  La música de este baile-drama, declarado patrimonio de la humanidad en el 2005, es de sones, fanfarrias y gritos de guerra a cargo de los personajes principales, y por un ensamble de dos trompetas naturales y un tun o teponaztle, refiere Sergio Navarrete-Pellicer en el ensayo El baile drama del Rabinal Achí: notas críticas a la proclama. En el mismo, dice que la antigüedad de este conjunto instrumental se puede constatar en los murales de Bonampak del período Clásico Maya.

Se trata de personajes míticos, y también de algunos hechos históricos, donde se funden la historia oral de los pueblos y la evidencia histórica escrita. El conjunto instrumental es prehispánico y la música guarda fórmulas rítmicas antiguas que revelan algún parentesco con otras tradiciones musicales de Mesoamérica, expresa Navarrete-Pellicer.

Época prehispánica: sonidos mayas
Toca el tun don Don José León Coloch Garniga (ya fallecido) y que fuera organizador de la representación del Rabinal Achí por más de 50 años. (Foto Prensa Libre: cortesía Edwin Castro)

ESCRITO POR:

Lucrecia Choy

Periodista de Prensa Libre especializada en temas de bienestar y cultura con más de 20 años de experiencia. Reportera del Año del área de Revistas y Suplementos en 1999.