El jefe del gobierno la emprendió en particular contra el lider religioso Fethula Gülen, su exaliado al que acusa de haber instigado un “complot” para derrocarlo, prometiendo terminar con el movimiento que dirige desde Estados Unidos, y al que acusa de “haber infiltrado el aparato del Estado”.
“Penetraremos en sus antros, ustedes lo verán. Llegó el momento de depurarlos, en el marco de la justicia”, martilló ante una muchedumbre jubilosa, que le respondía al unísono “¡Turquía está orgullosa de ti!”.
Tras el escrutinio de casi el 80% de los votos, el AKP se encontraba claramente a la cabeza con 44.9% de los sufragios, muy por delante de su principal rival, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, de centro-izquierda). que recogió el 28.4%, según las cadenas de televisión.
Salvo una gran y poco factible sorpresa, la formación de Erdogan, en el poder desde el 2002, conservará el control de las dos grandes metrópolis turcas, Estambul y Ankara.