“Es un hecho que las ciudades latinoamericanas son no solo más grandes sino también más ricas y que hay una nueva clase media que viene con expectativas legítimas no solo de consumo, porque quieren tener un auto o ir en moto al trabajo, sino también expectativas en torno a una mejor calidad de los servicios públicos”, afirmó Meira da Rosa.
Para este especialista brasileño, “los Gobiernos de la región están hoy en un necesario punto de inflexión: atender esas nuevas expectativas es el gran reto que tienen en adelante”.
Un sondeo presentado ayer en Costa de Sauípe por este gerente del BID refleja algunas de las demandas de la clase media de América Latina que, según datos del organismo, representa cerca del 30% de la población de la región tras haber pasado de 103 millones de personas en el 2003 a 152 millones en el 2009.
Según la encuesta, hecha en cinco de las mayores ciudades de la región, además de seguridad, transparencia y participación, lo que más preocupa a la clase media es la movilidad urbana.