La trasera del terminal es ligeramente curva, lo que favorece el agarre y el manejo cómodo con una sola mano. El smartphone requiere de una tarjeta nanosim y a diferencia del anterior One permite el uso de tarjetas de memoria micro SD. Algo más que necesario, ya que su memoria de almacenamiento es de sólo 16 GB. Gracias a un acuerdo con Google, los flamantes propietarios del nuevo dispositivo dispondrán también de 50 GB extras de almacenamiento en Drive, la solución en la nube de Google.
Otro aspecto externo que llama poderosamente la atención es la presencia de dos cámaras traseras. Y es que este terminal tiene, en total, tres cámaras diferentes: una delantera de 5 megapíxeles, más que suficiente para video conferencias en HD y “selfies” de una calidad más que respetable.
Pero lo realmente novedoso son las dos cámaras traseras. Una de ellas, la principal es la encargada de obtener las fotografías y es prácticamente la misma que montaba el anterior HTC One, aunque con algunas mejoras técnicas. Es decir, se trata de una cámara basada en la tecnología ultrapíxel, o lo que es lo mismo, pixeles hasta cuatro veces mayores que los convencionales y que absorben, por lo tanto, mucha más luz. Algo que permitía al HTC One clásico, y también a este, tomar unas fotografías increíbles incluso en plena noche o con una iluminación prácticamente inexistente.
Lo nuevo, pues, es la segunda cámara, especialmente dedicada a captar la profundidad a la que están los objetos que aparecen en los diferentes planos de nuestra imagen.
Cada vez que se dispara, esa información adicional se almacena en la memoria juntó al resto de los datos asociados a la fotografía que se acaba de tomar. En la práctica, eso supone que, a posteriori, podemos acceder a toda esa información almacenada y utilizarla para la edición de nuestra foto.
Es decir, que se puede trabajar por separado con cada una de las capas de la imagen: primer plano, plano medio y fondo. Por ejemplo, se puede desenfocar por completo el fondo, o el sujeto principal, con solo tocarlo con un dedo en el modo edición; o aplicar un efecto (cómic, blanco y negro, fuga, etcétera) solo al fondo mientras el sujeto principal sigue estando enfocado y a todo color.
Nuevas funciones
Las posibilidades son muchas, y los resultados unas imágenes de gran calidad, originales y muy diferentes a las que podemos obtener con cualquier otro móvil.
Por supuesto, el HTC One también incorpora la función Zoe, que guarda automáticamente nuestras fotos en eventos separados y, sin que se tenga que hacer absolutamente nada, elabora con ellas un mini montaje en vídeo y con fondo musical. En la versión anterior, Zoe sólo trabajaba con una serie limitada de temas, canciones y filtros.
Ahora, además de haber aumentado mucho el número de temas disponibles, también es posible diseñar nuestro propio tema incluyendo la canción que queramos y aumentando o reduciendo a voluntad la duración del clip.
Gracias a una app específica podemos, además, colgar en internet los clips y permitir que otros añadan nuevas fotografías o realicen cambios sobre ellos. Una solución ideal para que, por ejemplo, todas las personas que han compartido vacaciones, puedan añadir algunas de sus fotos al vídeo de recuerdo.
Naturalmente, la ejecución de todas estas tareas requiere de uNa enorme capacidad de procesado. Por eso el HTC One M8 incorpora el último de los procesadores salidos de la factoría de Qualcomm, el Snapdragon 801 de cuatro núcleos a 2.3 GHZ, una auténtica “bestia” que consigue que un teléfono móvil sea mucho más potente que un ordenador portátil de hace apenas tres o cuatro años. El procesador va acompañado por dos GB de memoria RAM.
También el sonido ha mejorado con respecto al anterior modelo, lo cual es mucho decir, ya que el ONE clásico ya presentaba dos altavoces en la parte delantera que y que sonaban con la calidad Beats Audio.
Ahora, y con ese acuerdo terminado, la firma taiwanesa ha desarrollado su propio sistema de sonido, llamado boomSound y que, según el fabricante, incrementa hasta en un 25 por ciento la potencia del modelo anterior. Con el teléfono en la mano y el volumen al máximo, no es posible mantener una conversación con la persona que tenemos al lado. De hecho, el teléfono suena como sí estuviera conectado a altavoces externos.
La batería, de dos mil 600 miliamperios, permite usar el terminal durante un 40 por ciento más de tiempo que la del modelo anterior.
También ha mejorado Sense, la capa de software que HTC coloca sobre Android en todos sus terminales y que con este modelo estrena su versión 6.0. La nueva interfaz permite tener a mano y en una sola pantalla toda la información relevante para el usuario, desde las noticias del día al tiempo, la agenda o los mensajes.
Interesante la nueva forma rápida de desbloquear el teléfono. Basta con deslizar un dedo de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, de arriba abajo o de abajo arriba para ver la pantalla resumen, la pantalla principal, activar la cámara o ver la última aplicación que teníamos abierta.
Mención aparte merece una funda activa, con la tapa llena de pequeños agujeros que permiten vel lo que hay debajo. Con letras y números muy grandes, de tipografía clásica, es posible, sin abrir la tapa, visualizar notificaciones y responder o rechazar llamadas. Un toque retro para un terminal que está completamente orientado al futuro. El precio, aunque no está aún confirmado oficialmente, rondara los US$1 mil 120.