Farándula y teatro
Hay muchas maneras de interpretar la función; de hecho se han publicado en la prensa tres, todas coinciden con lo indicado anteriormente, la diferencia es en la interpretación de la función. Para mí es la narración de una vida perdida y sin sentido hacia una ordenada y familiar.
Inicia la primera parte hablando y cantando, vestido de mujer, despojándose poco a poco de sus ropas, como lo hizo con su vida, en que fue abandonando el estado interno de su juventud y, en la segunda, vestido elegantemente de hombre.
Para mí no significa un cambio de travesti como algunos insinúan, sino un cambio absoluto de vida, la cual confirma al terminar con la poesía Anoche cuando dormía, de Antonio Machado, exponiendo su vida actual, que se siente fue entregada a Dios; todo ello ante la presencia de su linda esposa. Sentí que ese final conmovió profundamente a todos los presentes.
No puedo dejar de mencionar a los artistas, especialmente a los musicales, iniciando con el director general, el excelente músico y cantante, cuya voz siempre impresiona y deleita, quien además nos impresionó con su baile, el maestro Luis Galich.
Ese 26 de febrero murió el guitarrista Paco de Lucía, por lo cual German Giordano le dedicó su presentación. Fue increíble oírlo interpretar magistralmente con su guitarra Flor de Luna, pieza que siempre me conmovió. Me enteré de que también ha interpretado, entre otras, Feel so good, originalmente interpretada con trompeta por su autor, Chuck Mangioni.
El espectáculo musical es de lujo, da gusto escuchar una orquesta integrada por músicos guatemaltecos de primer orden: Roberto Estrada, piano; Leonel Franco, batería; Roberto Núñez, percusiones menores; Harold Taylor, saxo y cantante; Rosario Vásquez, violín y coro; Ana Lucía Sulín, solista y coro; Rony Hernández y Jorge Raúl Alvarado, solistas y coro; campeones centroamericanos de danza, Gabriela Erdmenger y Jacobo; Irma Vásquez, asistente en el escenario; y Antonio Aragón, luces y sonido.
El mes pasado, en el Teatro de las Máscaras de Tikal Futura, tuve el gusto de ver la obra de Ayn Rand, La noche del 16 de enero. Era la primera vez que asistía al Teatro de las Máscaras, el cual tiene, para que se ubiquen los espectadores, mesas, donde se puede pedir comida durante la función, la cual llega del restaurante del hotel.
La obra nos tuvo en suspenso y los espectadores sentimos que fue muy bien dirigida e interpretada. Fue producida por Luis Tercero y Valia Zipfel; la directora, Regina Bonifasi, quien también interpretó al juez.
Felicitaciones a los promotores de nuestra cultura artística.
jfarimany@hotmail.com