El estudio, presentado en el Cuarto Congreso mesoamericano de áreas protegidas, analiza las costas de Belice, Guatemala y Honduras, con base en datos satelitales comparativos desde 1992 a la fecha, y la construcción de escenarios climáticos a partir de los efectos del calentamiento global.
Lenin Corrales, biólogo investigador adjunto del Programa de Cambio Climático y Cuencas, coautor del informe, señaló que entre los impactos directos de esos cambios está la fuerza y frecuencia con que los huracanes y tormentas pueden golpear las costas del Atlántico en las próximas décadas.
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Escenario extremo
Según Corrales, los escenarios más extremos proyectados señalan que por el calentamiento global, la lluvia podría disminuir hasta 50 por ciento en los próximos 50 años, y la temperatura del mar Caribe y costas atlánticas donde se centró el estudio aumentar hasta un grado centígrado en la superficie.
“Todos los escenarios apuntan que en el norte de Centroamérica —Guatemala, Belice y Honduras— las temperaturas aumentan y la reducción de precipitación será mayor que en el sur”, dijo Corrales.
El estudio efectuado por el Programa Regional para el Manejo de Recursos Acuáticos y Alternativas Económicas, y financiado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo, tomó como referencia una estación en el puerto Santo Tomás de Castilla, Izabal, y determinó que el área de Punta de Manabique hasta Lí-vingston, son zonas de media y alta vulnerabilidad.
“La gente está construyendo barreras para protegerse del mar, unos diques de concreto, porque ya hay evidencia de que la población está siendo desplazada y el mar está rompiendo en las viviendas”, indicó Corrales.
Otros cambios
El análisis presenta escenarios de cambio climático en el Atlántico.
De acuerdo con Corrales, Guatemala, Belice y Honduras se verán más afectados por la “posición geográfica”, y la disminución de lluvia será proporcional al aumento de las temperaturas, que podrían fijarse en promedio de 35 a 38 grados centígrados.
En Guatemala, los efectos podrían ser de mayor magnitud en la agricultura y el Corredor Seco, con inseguridad alimentaria por la falta de lluvia en la zona.
Pronóstico
Según el biólogo Lenin Corrales, además del incremento del nivel del mar, podrían ocurrir inundaciones, que el líquido se permeabilice y salinice, y se pierdan fuentes de agua potable.
Inversión
“Se deben comenzar a generar políticas de conservación e inversión pública y privada en las costas, para corregir los problemas que ya hay”, dijo el experto en vulnerabilidad Marlon Esteba.