Paraíso de ladrones
siete presidentes, decenas de ministros, cientos de diputados y miles de funcionarios públicos, puedo decir que he conocido a algunos cuantos de los cuales puedo creer que realmente estaban interesados en realizar un buen trabajo y que no se aprovecharon de sus puestos para “pasar a mejor vida”. Pero lamentablemente han sido muy pocos y en su mayoría terminaron frustrados.
He conocido a otros que quizá al inicio tenían buenas intenciones, o por lo menos las aparentaban muy bien, pero cuando se involucraron en la cosa pública el sistema se los comió y se corrompieron.
Y a los más, siempre han tenido claro que su propósito de llegar al poder es exclusivamente meter su mano peluda en el chorro de decenas de miles de millones de quetzales que anualmente le quitan a los tributarios. Son viles ladrones que han encontrado la forma más segura de robar, ya que la posibilidad de que un corrupto en Guatemala pague las consecuencias de sus delitos es en extremo baja.
Y el sistema no solo involucra a funcionarios públicos, sino a muchísimos “proveedores del Estado” que han encontrado en ese cliente grandísimo la manera perfecta de obtener ingresos fáciles sin tener que competir o trabajar. Solo necesitan tener los contactos adecuados y estar dispuestos a jugar el mismo juego corrupto, dividiéndose las comisiones con sus contrapartes, para asegurarse ganancias fáciles y abundantes.
Esto sucede a todo nivel dentro de la administración pública. Desde quienes quieren llegar a la presidencia hasta quienes solo ambicionan un “empleo” público que les asegure sus ingresos sin trabajar por el resto de sus días. A estas alturas de la campaña, los mismos de siempre ya están tratando de adivinar cuál será el caballo ganador, para poner en ellos sus apuestas. Y no me refiero solo a los “financistas” de las campañas.
Algunos me han contado, por ejemplo, cómo apoyaron a un partido que ganó y como consecuencia obtuvieron empleos o contratos. Luego, en la siguiente campaña, apoyan a quien creen que tenga mejores posibilidades, aunque sea enemigo acérrimo de su anterior partido. Cuando llegan a las reuniones del nuevo partido se encuentran a conocidos que están en similar situación y todos fingen demencia. Están muy claros en que su objetivo es seguir mamando de la teta de los tributarios.
Y esta es la de nunca acabar. Mientras no entendamos que el problema es el sistema y no solo las personas, continuaremos hundidos en el estiércol, aunque para los ladrones sea el paraíso.
@jjliber