la Ciudad de Guatemala: “Se parece más a un barrio pobre que a una ciudad capital, con la mayoría de los edificios al borde del colapso”. No cabe duda de que, como dice el refrán: “La belleza está en el ojo de quien la posee”.

El juicio, tendencioso y sesgado, no describe con justicia nuestra ciudad pero nos hace muchísimo daño. Por ser un sitio de recomendaciones turísticas, es posible que muchas personas basen su decisión de no visitarnos por esa desinformación.

Afortunadamente, la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI) tiene una opinión alternativa. En octubre del 2012, dicha organización designó, por unanimidad, a la Ciudad de Guatemala como “Capital Iberoamericana de la Cultura” para el año 2015.

La UCCI es una organización internacional de carácter municipal y sin ánimo de lucro. Está integrada por 29 capitales iberoamericanas. Algunos de sus objetivos son “fomentar los vínculos y favorecer las relaciones e intercambios en diferentes ámbitos de las grandes ciudades” y “favorecer el desarrollo armónico y equilibrado de las ciudades desde la solidaridad y la cooperación entre ellas”. Claramente debería tener más prestigio y credibilidad que un sitio de internet “aventado con honda”.

Sin duda, mi capital adolece de muchos problemas. Son más de 220 kilómetros cuadrados en donde, al igual que otras metrópolis, el crimen, el tráfico y la contaminación nos aquejan todos los días a los más de dos millones de vecinos. Sin embargo, el inmerecido insulto de ser calificada la “más fea del mundo” debe quedar opacado por reconocimientos como el recibido por la UCCI.

Para lograr este nombramiento, la ciudad designada debe “demostrar historial cultural relevante, ofrecer una destacada agenda cultural… así como celebrar un hecho histórico importante para la ciudad”. Nuestra ciudad está por cumplir 240 años y en ese marco habremos sido nombrados como “Capital Iberoamericana de la Cultura”.

Los problemas de mi ciudad son evidentes, como también lo son los esfuerzos de vecinos y autoridades para resolverlos. Continuar viendo el vaso medio vacío nos conducirá por el camino de la desesperación. Por ello es tan importante también resaltar lo bueno que tiene Guatemala sin dejar de tener un ojo en la solución de nuestros graves problemas. Hay que resaltar esta buena noticia para fomentar la cultura, el turismo local e internacional y una buena imagen de nuestra capital a todo el mundo.

Es un raro y refrescante viento que debemos aprovechar con positivismo y espíritu de unión.

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