El ministro de Ecología, Philippe Martin, anunció la tarde del pasado jueves que el transporte público en el área metropolitana de París será gratuito desde hoy y hasta el domingo por la noche para tratar de incitar a los automovilistas a no utilizar sus vehículos.
Medidas similares se han adoptado en Caen, Grenoble, Ruán o Reims, lo que se añade a una disminución de la velocidad máxima de circulación de 20 kilómetros por hora en la región de París y, por ejemplo, al desvío de los camiones en tránsito para que no utilicen las vías que atraviesan el centro de la aglomeración parisina o a la limitación de las emisiones de plantas industriales.
Martin descartó, por el momento, imponer la llamada “circulación alterna”, que no se pone en práctica en Francia desde 1997, y que significaría que sólo podrían ser utilizados la mitad de los vehículos: un día los que tienen matrícula par y otro los que tienen impares.
Cuando se supera en Francia el nivel de alerta, que es de 50 microgramos de partículas por metro cúbico, se recomienda a la población evitar las actividades físicas y deportivas en el exterior, y en particular para los grupos potencialmente más sensibles: niños y personas con afecciones respiratorias.
El organismo que gestiona los hospitales públicos de París ha constatado desde hace dos días “una ligera subida” de las consultas por asma, aunque no es seguro que eso tenga su origen en el episodio de contaminación.
Un episodio que está relacionado con una situación meteorológica de altas presiones en Francia, con cielos despejados, poco viento y fuertes contrastes de temperatura entre el día y la noche.