Escenario de vida
Guatemala recibirá pagos por deforestación evitada
Los fondos debieran ir a reservas comunitarias indígenas, parques y reservas naturales.
Mucho se ha hablado en el pasado sobre la manera de reducir emisiones de efecto invernadero para contrarrestar el cambio climático. Para ello se creó el Programa de Reducción de Emisiones (PRE) el que tiene que ver con un mecanismo de pago por resultados alcanzados que cumplen la función de evitar la deforestación.
Los fondos debieran ir hacia las reservas comunitarias indígenas, parques regionales municipales, y reservas naturales privadas.
Las instituciones que han venido trabajando con ahínco por décadas ven con beneplácito que finalmente el Banco Mundial brinde un pago por resultados alcanzados. Se espera que estos fondos vayan, en primer lugar, a las concesiones forestales de Petén, pues han jugado un importante papel en la conservación de la Biosfera Maya. En acto seguido, los fondos debieran ir hacia las reservas comunitarias indígenas, parques regionales municipales, y reservas naturales privadas en varias regiones del país, las que juegan todas, un papel fundamental en la conservación de nuestros bosques.
A mi modo de ver, estos fondos del PRE deben, sin lugar a dudas, apoyar la conservación y protección del Parque Nacional Lachuá, el que está sumamente amenazado por invasiones y deforestación y en Manchón Guamuchal, sitio Ramsar, de importancia mundial, en donde se ve el inminente peligro de que esta reserva natural se reduzca, por amenaza de grupos que ocasionan ingobernabilidad.
Confiamos en el liderazgo y sabiduría del grupo coordinador institucional (GCI), integrado por Maga, MARN, Mincin, Conap e Inab, para que se haga una distribución equitativa y transparente de estos fondos. Guatemala puede convertirse en un ejemplo a nivel mundial de la transferencia de créditos de carbono para financiar la conservación de nuestros bosques.
La construcción y trabajo del programa PRE ha tomado muchos años por parte de todas las instituciones gubernamentales y de la sociedad civil involucradas. Dentro del contexto ambiental nacional, es la primera experiencia de Guatemala como país en el ámbito de mercados de carbono, lo que debiera alegrarnos sobremanera. De esta cuenta, si se sabe distribuir justa y equitativamente este fondo, tendremos una primera experiencia, para que vengan nuevas y posibles oportunidades a futuro, con miras a salvaguardar los bosques que nos quedan.
Con el fin de instruir a mis queridos lectores sobre el tema, debo recordarles que la protección de los bosques del mundo es crucial para mantener un clima que aún pueda albergar a los seres humanos en el planeta. Los bosques absorben grandes cantidades de dióxido de carbono, y si se les destruye o se les reduce, ya sea para expansión de la frontera agrícola, para pastos de ganado o simplemente invadiéndolos y ocasionando incendios en ellos, tendremos una fuente de emisiones de gases de efecto invernadero peligrosa para la humanidad. Por ello se creó el marco “REDD+”, cuya función fue proteger los bosques como parte del Acuerdo de París.
“REDD” significa “Reducción de las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación forestal en los países en desarrollo” como el nuestro. El “+” representa actividades adicionales relacionadas con los bosques que son los que protegen nuestro clima. La gestión sostenible de los bosques, y la conservación, redunda en beneficio de las reservas forestales de carbono. Por ende, en el marco de las actividades REDD+, los países en desarrollo como el nuestro, pueden recibir pagos si demuestran reducciones de emisiones efecto invernadero, y esto sucede cuando reduce la deforestación. Estos pagos sirven como un incentivo importante pues premian los esfuerzos realizados y es así, como se hará justicia al valorar a aquellos que han permitido que hoy aún contemos con el verdor que se merece Guatemala.