La historia de Lamine Yamal: un ascenso meteórico

Es el fútbol de hoy y el del futuro. La nueva generación de futbolistas es revolucionaria, y más allá de su talento, lo que realmente sorprende es su dominio absoluto del escenario.

Talentos precoces, que hace apenas unos años miraban los grandes partidos por TV y hoy son los protagonistas del show. Amos en las redes sociales, como fieles exponentes de una generación en la que la tecnología y las redes son insustituibles. Dominan el fútbol sin pánico escénico.

Juegan como si estuvieran en el patio de su casa. Tengan 15, 16 o 17 años, la camiseta no les pesa. La lucen con orgullo, sin temor al error. Capaces de proezas como anotar golazos en instancias cruciales ante los ojos del mundo y de las apuestas deportivas. No son una revelación, sino talentos consagrados.

Talentos jóvenes que dominan el fútbol

Es la historia de Endrick (Brasil), Rico Lewis (Inglaterra), Arda Güler (Turquía), Claudio Echeverri (Argentina) y Kendry Páez (Ecuador). Todos ellos con 17 años. Con un año menos también levanta la mano Lamine Yamal. Lo hace con justicia, como el mejor talento emergente del momento. Un jugador de condiciones atípicas a tan corta edad. Resolutivo y práctico en el campo, su frialdad para definir asusta. Su gol en semifinales contra Francia lo define por completo. Un tanto de hermosa configuración, adornado por las estadísticas: es el jugador más joven en anotar durante una Eurocopa.

Yamal es trending, por usar un término frecuente en las redes sociales donde él se mueve tan bien como en el área rival. “Así jugaba de niño”, escribió alguien en X, previo a un vídeo de Lamine en La Masía. En realidad, fue hace menos de 10 años cuando integraba la cantera blaugrana. Hace dos décadas, al tener 15 años y jugar profesional era el titular de los periódicos, marcado como asombroso. Hoy en día es parte de la cotidianidad. Un lugar donde él se siente pleno, lleno de confianza, hablándole al mundo con sus festejos.

El impacto de las redes sociales en los jóvenes futbolistas

Lamine es el futbolista del ascenso meteórico. Tenía 15 años, 9 meses y 16 días cuando debutó con el FC Barcelona, el más joven en estrenarse con el prestigioso club catalán. Allí llegó con 7 años, luego de convencer a los ojeadores de talentos. Nacido el 13 de julio de 2007 en España, Yamal es hijo de Mounir Nasraoui, originario de Marruecos, y Sheila Ebana, de Guinea Ecuatorial. Pudo ser integrante de estos seleccionados, pero su decisión estaba clara y en España hicieron todo lo posible por convencerlo.

"Rocafonda es un barrio humilde, con gente que busca salir adelante. Y el caso de Lamine es un mensaje positivo”, explicó alguna vez sobre su forma de festejar, con ambas manos cruzadas en su pecho, dibujando un 304, los últimos tres dígitos del código postal del barrio Rocafonda, el distrito en el cual creció. Las raíces de las que se siente orgulloso.

Un futuro prometedor para el fútbol

La historia de su vida se encuentra en TikTok, donde explican la razón de sus festejos; o en Instagram, donde revelan los detalles en sus botines de competencia. Es el bebé de 5 meses bañado por Lionel Messi en una foto para un calendario con fines benéficos del diario Sport en el 2007 y que alguien trajo del recuerdo hasta convertirlo en viral.

Su historia en una realidad transmedia, donde ya no es necesario un interlocutor para que la cuente porque el mismo Lamine es quien escribe los libretos, dirige y graba. El futuro Balón de Oro, como se atreven a llamarlo ahora, es el hijo de una generación que promete cambiar la forma en la que tradicionalmente se conciben a los ídolos del deporte rey.

Fuente: Wikimedia

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