Desde hace seis meses, la geografía de la ribera del Lago cambió en los cuatro municipios. Varios tramos de malecón, playa, terrenos, embarcaderos, áreas públicas, calles y caminamientos están anegados, pues el nivel ha subido 2.50 metros.
Mientras autoridades municipales, ambientales y de Salud buscan contrarrestar la posible contaminación, la ausencia de turistas en bares, hoteles y restaurantes es evidente.
Afectados
Mariela Rivera, quien labora en un hotel donde la inundación impide el acceso al restaurante, sin dejar de trapear el piso explica que los turistas se ausentaron desde octubre del 2013, cuando el lago creció. “Hay semanas que no trabajamos, otras solo venimos medio tiempo, algunos turistas duermen en el hotel, pero no consumen alimentos”.
Para ingresar en el restaurante La Danta, los clientes caminan sobre unas tablas de madera y blocs.
En el lugar, uno de los meseros comenta que durante los últimos tres meses la venta de pescado blanco, la especialidad del lugar, bajó debido a la falta de turistas. “Algunas personas vienen por una bebida. La falta de una acera para caminar y de limpieza del área es otro factor que impide que ingresen clientes”, dijo.
Varios trabajadores en hoteles, restaurantes y bares comentaron que en promedio ganan un sueldo de entre Q1 mil 500 y Q1 mil 800 al mes. De cinco personas entrevistadas, una admitió que paga IGSS; el resto comentó, sin detallar el monto, que reciben un bono al terminar la temporada alta de turismo.
Vestido con un uniforme beige, Fernando Juárez, administrador de un hotel en la calle 15 de Septiembre, explicó que los precios en los hoteles han cambiado. “Aquí puede encontrarse hoteles desde Q150 hasta Q225 la noche. Durante enero registramos a 18 personas, nosotros desearíamos que los turistas vinieran solo a Flores, pero aquí los pueblos dependemos del turismo”.
Bajo el agua
Durante un recorrido de Prensa Libre en algunas áreas afectadas se constató que la crecida del lago mantiene inundados el malecón y los muelles del barrio La Ermita y San Benito, una calle y una cancha polideportiva y una de futbol en el barrio Playa Blanca, del mismo municipio.
Según vecinos, esa área de la ribera lacustre fue la primera que se inundó en septiembre del 2013.
“El agua anegó un terreno que tengo a la orilla del lago en la aldea Jobompiche, era una playa que nos daba de comer, donde se perdieron unas matas de banano”, relató Rudy Matus, otro vecino.
A sus 65 años, Julia Berges recuerda que la última subida del nivel del agua, fue hace 20 años. Ahora, espera que las altas temperaturas del verano la hagan descender.
RESUMIDERO
Preparan drenaje
Durante la última semana, ingenieros de la Dirección Municipal de Planificación (DMP) de Flores y personal de la Autoridad para el Manejo y Desarrollo Sostenible de la Cuenca del Lago Petén Itzá hicieron estudios topográficos en el ingreso del resumidero Chacmamantok, en San José, para evaluar la posibilidad de drenar el lago. “Nadie ha autorizado el drenaje del lago por esta falla, pero estamos realizando estudios y será analizado”, dijo Hansel Madrid, de la DMP.