La escogencia de los aspirantes
La comisión parece haber tomado en cuenta el orden de colocación de los escogidos en las pruebas realizadas en factores profesionales, académicos y de proyección humana. En el puntaje general, Thelma Aldana obtuvo 71 puntos, primer lugar; María Consuelo Porras, 62 puntos, tercero; Édgar Enrique Lemus, 50 puntos, cuarto; Ingrid Soto Carcuz, 48 puntos, quinto; Ronny Elías López, 47 puntos, sexto; Julio César Rivera Clavería, 46 puntos, séptimo, y Eunice Mendizábal, 38 puntos, décimo segundo. Sin embargo, el caso de Paz y Paz causa extrañeza, porque había logrado 69 puntos, para un segundo lugar general que hubiera causado dejar fuera a la licenciada Mendizábal.
Vale la pena indicar también que Thelma Aldana encabezó el puntaje general, de factores profesionales, con 45 puntos, y que en los factores académicos ocupó el tercero. Paz y Paz también obtuvo el segundo lugar en factores profesionales y el primero en factores académicos. María Consuelo Porras encabezó los factores académicos, con 18 puntos, y quedó en tercero en el promedio general. Édgar Lemus, Ronny Elías López y Julio Rivera Clavería fueron los varones mejor calificados, a regular distancia de las abogadas que se indican.
A la Prensa y demás personas presentes en el lugar se sorprendieron por el resultado de la escogencia, así como por la celeridad con que los integrantes abandonaron el recinto. Esto es oportuno señalarlo porque a nadie le podrá sorprender que surjan críticas nacionales e internacionales, que sin duda considerarán que el presidente Pérez Molina fue liberado del desgaste por escoger a una persona distinta a la actual jefa del Ministerio Público, y esto le caerá encima a la comisión. Por ser de beneficio para el país, es importante lograr que quienes tomaron las decisiones de la escogencia no hayan tomado en cuenta los resultados de los exámenes a que fueron sometidos los aspirantes.
No es posible predecir con seguridad por quién se inclinará el presidente de la República, pero poca duda cabe que quien entre a reemplazar a la actual funcionaria deberá pronto mostrar signos de independencia a fin de convencer a todos de que no llega al cargo con un fin ajeno al de ayudar a que la justicia de Guatemala pueda deshacerse del velo de impunidad con el que demasiados casos se quedan envueltos en el largo y complicado historial del Derecho guatemalteco.
El interés despertado en la ciudadanía por el cambio en el Ministerio Público provoca que sea válido y beneficioso para la sociedad que haya explicaciones acerca de cuáles fueron los criterios tomados en cuenta para la escogencia final, que debe ser anunciada lo antes posible por el presidente, no la vicepresidenta. El mandatario tiene la palabra.