Opinión: El Aeropuerto seguirá avanzando con gestión e inversión

El Aeropuerto Internacional La Aurora (AILA) es uno de los aeropuertos más importantes de Centroamérica, sin embargo, debido a la debilidad institucional que fomentó la corrupción por años y la poca prioridad política de Gobiernos que nunca facilitaron procesos para aumentar la inversión y poder concesionarlo a través de mecanismos más innovadores de gobernanza, hoy tenemos un aeropuerto con muchas falencias. El esfuerzo de transformación institucional pasa por tres grandes fases que se están trabajando de manera paralela para agilizar los procesos de inversión.

Las autoridades actuales están corriendo a contrarreloj para rescatar, reconstruir y expandir el AILA y esto es importante reconocerlo y felicitar que por primera vez en muchos años el aeropuerto es una prioridad Presidencial. La fase de rescate ha llevado a contar con un mejor control de la administración de la Dirección General de Aeronáutica Civil, la estabilización de la administración del aeropuerto y la cuantificación de costos, así como una fase de reconstrucción que requerirá separar la operación de la normativa y llevar la administración del aeropuerto a prácticas internacionales más avanzadas, para comenzar también con la fase de expansión por medio de una Alianza Público-Privada (APP).

Todos sabemos lo complejo y tardado que es empezar con una licitación de una APP en nuestro país, por lo que iniciar con el proceso de actualizar los estudios puede ser el mejor acierto que pueda tener el Gobierno del Presidente Arévalo, para mostrar no solo buena voluntad de cambios y un sistema diferente al manejo tradicional que hemos visto, sino porque esto le podría dar al país un impulso al comercio, turismo e industria que tanto necesitamos, además de generar mayor inversión extranjera en el país.

Las estimaciones de inversiones obligatorias en la fase de construcción según el último estudio que trabajó la Agencia Nacional de Alianzas para el Desarrollo de Infraestructura Económica (ANADIE) suman un total de US$117 millones los cuales se desglosan a su vez en actuaciones obligatorias iniciales en el Lado Aire (US$84 millones), y actuaciones obligatorias en el Lado Tierra (US$33 millones). Las Inversiones obligatorias en la etapa posterior a la construcción (mantenimiento en años 3 al 19 del contrato de APP) suman un total de US$57.8 millones.

Ese es el tipo de inversiones que el Estado tradicionalmente no ha podido realizar y que, si se comienzan a pensar en mecanismos más innovadores, usando las capacidades de ANADIE para estructurar y licitar el proyecto, podríamos tener uno de los mejores aeropuertos de la región y proyectar a Guatemala como un país que tiene las capacidades para atraer y generar un ecosistema de crecimiento propositivo hacia la inversión.

Según el BID “la gran mayoría de los procesos APP en aeropuertos de la región han sido proyectos brownfield (90%), por un plazo promedio de 20 años, con un proceso de licitación pública de una etapa, donde se han presentado un promedio de 3 ofertas, y donde el factor de licitación más recurrente ha sido el mayor pago al Gobierno.

En cuanto a las características de los contratos, en su gran mayoría son autosostenibles generando ingresos aeronáuticos y comerciales, donde los pagos al Gobierno se han estructurado mediante una fórmula de canon anual fijo más un porcentaje variable de los ingresos (con alta variabilidad, llegando incluso hasta el 77% del total de los ingresos del operador), y con criterios de inversiones y mantenimiento requeridos.”. Tomemos las mejores prácticas y avancemos hacia lograr un mejor aeropuerto para el país.

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