Después de un diálogo entre mandos policiales y representantes de los invasores se llegó a un acuerdo y, sin necesidad de utilizar la fuerza, se procedió a destruir las chozas de lámina y madera.
Las familias llevaban varios días asentadas en ese lugar, que colinda con un predio de la Policía Nacional Civil, en donde se resguardan vehículos incautados.
Sin hogar
Durante el desalojo, varias personas no pudieron contener las lágrimas porque, aseguraron, no tienen otro lugar adónde ir y ya habían sido desalojadas de otros terrenos de Villa Nueva.
Mientras quitaba unas láminas, José Luis, uno de los desalojados, dijo que por ahora tratarán de construir sus champas en otro lugar, esperando que no los retiren.
“La verdad, no tenemos adónde ir. Tomamos el lugar aquí, esperando que nos dieran una solución, pero nos vinieron a desalojar y no entiendo por qué, si aquí no le hacemos daño a nadie y solo nos tratan como un cero a la izquierda”, expresó.
Marcelo López, otro de los invasores, dijo que su familia la integran cinco personas y que es la segunda vez que los desalojan sin que nadie del Gobierno se acerque para ofrecerles ayuda.
“Ya teníamos varios días de estar aquí y guardábamos la esperanza de que no nos dijeran nada, pero, mire, allí está lleno de policías, como si fuéramos delincuentes, y lo único que queremos es un hogar para nuestros hijos”, lamentó.
Algunos de los desalojados advirtieron de que buscarán otro sector en ese mismo municipio hasta lograr obtener un terreno donde se les permita vivir dignamente.
Dato
2 desalojos se han efectuado este año en Villa Nueva.