La serie de infortunios que abocaron ayer a Biden a hacerse a un lado en la lucha por el poder de EE.UU. trae los ecos del presidente Lyndon B. Johnson (1963-1969), que sorprendió al mundo al anunciar que no buscaría la reelección meses antes de una convención.
Los paralelismos son varios: LBJ, con dos infartos a sus espaldas y una delicada salud, decidió no buscar la reelección en marzo de 1968 ante la impopularidad de la Guerra de Vietnam y dio paso a una convención del partido abierta en agosto y que, como este año, se celebró en Chicago.
“Lo más parecido a esto, cuando miro hacia atrás en la historia de Estados Unidos, son las primarias de 1968 en las que participó mi padre y fue asesinado“, dijo precisamente Robert F. Kennedy Jr., hijo de Robert F. Kennedy, candidato ese fatídico año a la Presidencia y asesinado en junio de tres tiros.
1968, ‘annus horribilis’ para el mundo
El de 1968 fue un año tumultuoso para la historia de EE.UU.; El descontento generalizado por la Guerra de Vietnam (1955-1975), sumado a la preocupaciones de sus aliados en relación a su delicado estado de salud le pasaron factura a Johnson.
El 31 de marzo de 1968 sucumbió a las presiones y en un discurso televisado anunció su salida de la carrera electoral: “no buscaré, ni aceptaré, la nominación de mi partido para otro mandato como su presidente“.
Aquel discurso inesperado llevaría a una carrera contracorriente para buscar un candidato entre las filas demócratas capaz de hacer frente al republicano Richard Nixon, quien ostentaba una espectacular ventaja sobre sus rivales en las encuestas.
A la carga salió el hermano del expresidente John F. Kennedy (JFK), Robert (RFK), quien se postuló a la nominación demócrata junto a Eugene McCarthy, activista antiguerra.
Tras el asesinato de Kennedy dos meses después de anunciar su candidatura que conmocionó a la sociedad, McCarthy se enfrentaría contra Hubert Humphrey por la carrera demócrata a la Casa Blanca en la convención que tuvo lugar en Chicago. Éste último se hizo con la nominación, enojando a las facciones opuestas a la intervención en Vietnam.
Aquel año violento, en el que también conmocionó al país el asesinato de Martin Luther King, tiene cierto paralelismo con este 2024 y el intento de asesinato a tiros del candidato republicano Donald Trump en un mitin en Pensilvania el pasado día 13.
Chicago, un bastión maldito para los demócratas
Casualidad o destino, la convención demócrata de este año tendrá lugar en Chicago. La de 1968 supuso un punto de inflexión para los demócratas y será recordada para los anales de la historia como una de las más violentas tras los enfrentamientos entre manifestantes contra la guerra y la Policía, que se saldó con masivos arrestos en medio del caos.
“Hubo un caos que estalló y destruyó al Partido Demócrata durante una década”, afirmó ayer el candidato independiente Kennedy.