Escenario de vida
Los niños y jóvenes migrantes, en el ojo del huracán
El tráfico de personas representa 27 millones personas que sufren de esclavitud moderna.
A Dios gracias, vimos que se dio este 17 y 18 de julio una reunión que puso el foco de atención en los niños y adolescentes migrantes que son retornados al país. ¿Cómo son atendidos? ¿Qué incentivos tienen para quedarse y no volver a migrar? ¿Qué servicios médicos o psicológicos reciben? ¿Tienen un buen futuro al regresar? ¿Qué instituciones y asociaciones los atenderán? Espero que la reunión que se celebró recientemente en Antigua, Guatemala denominada “Dignidad en cada paso”, nos brinde una nueva mirada en este proceso.
800 mil personas son traficadas por fronteras internacionales cada año y 50% de estas son niños, y el 80% mujeres y niñas.
Dicho evento se enfocó en la migración irregular de niños, niñas y adolescentes y su retorno. Se reunieron funcionarios de Gobierno y oenegés para discutir y conocer los protocolos relacionados con ello. Al evento asistieron Marvin Rabanales, secretario de la Secretaría de Bienestar Social (SBS), Ian Forber Pratt, director ejecutivo de Children’s Emergency Relief International (CERI), y su representante en Guatemala, Lilly Gossman. También se coordinó con la Procuraduría General de la Nación (PGN), más otras organizaciones que ven el tránsito de los niños y asociaciones de protección de niños y adolescentes como Unicef.
Todos conocemos los males que ocasiona que emigren nuestros niños y jóvenes, pues en su mayoría corren muchos peligros al cruzar la frontera, estén o no acompañados. Lo terrorífico es cuando llegan y son utilizados como mercancía de órganos o para fines de pornografía infantil o esclavitud.
Una de mis preguntas fue qué efecto tuvo el reunir a funcionarios de Gobierno, con organizaciones internacionales e instituciones locales como PGN y SBS con sus programas: “Casa Nuestras Raíces” de Quetzaltenango, que es uno de los albergues, y “Quédate”, que es otro programa que busca la permanencia de los jóvenes en las comunidades. La idea fue coordinarse entre sí, comenta el Sr. Ian Forber Pratt, y obtener una mejor organización interinstitucional a través de protocolos afines y del actuar de cada uno. Pienso que la mejor contribución fue verse y actuar como un solo equipo y de ahora en adelante tendrán que ir unificando sus protocolos para una mejor eficiencia. Es un alivio saber que con ello podrán percibir la importancia de atender a la juventud que emigra y vuelve, de forma apropiada.
Se discutieron casos, necesidades y características psicosociales de los migrantes en tránsito, así como el cuidado especializado y diferenciado de los niños que forzadamente han sido enviados a migrar. Hubo pláticas sobre la movilidad y el acompañamiento psicosocial y humano desde la perspectiva de los derechos humanos de los niños y adolescentes.
Se vieron buenas prácticas por parte de “Casa Joven” y del Albergue “Casa Nuestras Raíces” de Guatemala y albergues de la Dirección Departamental, y se desarrolló una discusión con trabajadores sociales, psicólogos, directores departamentales, maestros de profesión, directores de albergues, oficiales de protección infantil y coordinadores técnicos.
Los participantes básicamente se concentraron en el municipio de Guatemala, pero CERI tuvo oportunidad de observar que las condiciones más precarias venían tanto de Chimaltenango como de Huehuetenango. Con el tiempo seguirán expandiendo la discusión a estos otros municipios como Quiché, San Marcos, Alta Verapaz, Quetzaltenango, Sololá y Jutiapa entre otros, para seguir afinando acciones en conjunto para coordinarse mejor entre sí y brindar los servicios necesarios que se merecen los niños y adolescentes retornados. Domingo, a las 2.30 PM, vea por Guatevisión “15 años de Secretos mejor guardados”.