Precios al consumidor
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Efectos climáticos extremos afectaron la cosecha agrícola de occidente
La escasez de legumbres y hortalizas en las zonas productoras del Occidente tras meses de sequía seguidos de lluvias torrenciales es lo que ha encarecido estos productos.
Productores agrícolas de Almolonga reportan daños a los cultivos por el exceso de lluvias en el inicio del invierno. (Foto Prensa Libre: Lucero Sapalú)
Las condiciones climáticas que han imperado durante los últimos meses, es la principal causa de que productores del Valle de Almolonga y Zunil, Quetzaltenango, hayan aumentado los precios de verduras y legumbres, lo que afectan a consumidores de Guatemala, pero también de países vecinos a los que exportan, principalmente El Salvador.
En términos concretos, productores consultados afirman que se perdió entre el 50 y el 60% de la cosecha esperada para el primer semestre y es el motivo principal de las alzas, aparte de otros problemas en la cadena de distribución, como los obstáculos en la red vial derivados del invierno.
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Según lo indicado por ellos, se esperaría una reducción de precios hasta a mediados de agosto, cuando saldrá cosecha de la parte alta de ambos municipios, consistente en zanahoria, repollo, perejil, papa, espinaca, brócoli, lechuga, coliflor y cebolla, entre otros.
¿Qué pasó?
Julio Siquiná, gerente de la cooperativa agrícola La Llave explicó que los incrementos de precio se han sentido en Guatemala y El Salvador, ya que son abastecidos por los productores de ambos valles, que se surten de agua con afluentes y pozos artesanales para el riego, pero estos casi se secaron por la fuerte sequía del primer trimestre y eso afectó el crecimiento de las plantas.
En mayo se presentaron las primeras lluvias, pero en exceso y muchas plantaciones se anegaron y pudrieron, lo que generó una serie de pérdidas y el déficit de producto. “El problema está en el campo porque no hay suficientes verduras ni hortalizas. Además, ha subido el costo de la semilla, mano de obra, fertilizante y transporte, lo que ha impactado la cadena desde la producción de campo hasta el mercado”, recalcó el cooperativista. De momento se calcula que hay solo un 40% del total normal de la producción agrícola de la región.
Víctor López, quien llegó desde Huehuetenango para abastecerse de los bienes agrícolas que se producen en ambos valles, coincidió en que las lluvias han afectado las cosechas y hubo una pérdida significativa de producción de cilantro, repollo y tomate.
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En el pasado verano, en las partes altas de los valles no se pudo sembrar los cultivos, por lo que un manojo -una medición no reconocida en las normas de calidad- llegó a costar hasta Q40, pero ayer se cotizó en Q20 al haber ingresado producción de las partes altas; pero la bolsa de 10 o 12 docenas de rábanos pasó de Q50 a Q110.
Lorenzo Vásquez, otro productor de Almolonga, también afirmó que “no hay producto y los precios están subiendo” al indicar que él fue uno de los afectados por las pérdidas.
Comercialización a El Salvador
En cuanto a las quejas del mercado salvadoreño respecto a las alzas de los vegetales importados desde Guatemala, los consultados aseguraron que mientras haya pedidos, se mantendrá el abastecimiento de verduras y hortalizas hacia el país vecino, lo que se está haciendo normalmente.
Siquiná reiteró que los agremiados están cumpliendo con las entregas de productos a sus compradores del vecino país. “Por el momento va a seguir la venta a El Salvador, pero no hay producto barato para llevarlo a ese mercado”, remarcó.
Precios de referencia:
Estos son algunos de los precios en los cuales se comercializaban en los centros de acopio, mercado y cooperativas agrícolas de Almolonga y Zunil:
- Manojo de cebolla: Q10
- Manojo de espinaca: Q12
- Repollo: Q80 a Q90 la docena
- Zanahoria: Q100, bolsa de cinco docenas
- Coliflor: Q60 docena
- Papa quintal: Q450 a Q500
Evitar el desabastecimiento
El sector empresarial da seguimiento a la postura que las autoridades salvadoreñas han expresado sobre una posible regulación de precios en su economía.
Carmen María Torrebiarte, presidenta del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif), opinó que cualquier mecanismo que establezca precios o los restrinja provoca un desabastecimiento y será difícil conseguir los productos, “si no se pagan al precio que se tienen que pagar”.
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Hay que tomar en cuenta las circunstancias meteorológicas porque es complicado para una empresa o para un productor manejar precios de venta bajos cuando sus costos son altos. En todo caso, dijo espera que no se llegue al extremo de dejar de abastecer al mercado de El Salvador.
Medidas solo a perecederos
La industria alimenticia guatemalteca, también está a la expectativa de los recientes anuncios de las autoridades salvadoreñas y Julio Orozco, director ejecutivo de la Gremial de Alimentos y Bebidas (Gremab), adscrita a la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), aclaró que las medidas que se están implementando en El Salvador son para la estructura de bienes perecederos como vegetales, frutas, carnes y hortalizas, que es lo que toda familia procura tener a diario y es ahí donde hay un poco de sensibilidad al momento de la compra.
“Las medidas de El Salvador se están enfocando a los perecederos, por lo que hace reflexionar sobre las estrategias que la industria está llevando a cabo, tomando en consideración el ritmo inflacionario; los retos logísticos (en el caso de Guatemala) derivados de los desastres naturales; y el estado de las carreteras. Por lo pronto se trata de que esos precios sean absorbidos por las industrias y que no se vean reflejados en los precios porque afectaría el bolsillo de los guatemaltecos”, apuntó.