Escenario
Coro de estudiantes entonará Réquiem de Mozart en la Catedral Metropolitana este 6 de julio
Una misa de muertos interpretada por estudiantes del coro lírico de la Escuela Nacional de Canto Gloria Marina.
El coro lírico de la Escuela Nacional de Canto Gloria Marina interpretará el réquiem de Mozart el sábado 6 de julio en la Catedral Metropolitana. (Foto Prensa Libre: cortesía de Rodrigo Fuentes)
“Te hace vibrar el alma”, dijo una espectadora de aproximadamente 70 años, quien estaba en la Catedral Metropolitana cuando los estudiantes del coro lírico de la Escuela Nacional de Canto Gloria Marina ensayaban, mientras esperaba la misa de las 18:00 horas.
Al menos seis o siete personas, todos de avanzada edad, fueron los únicos testigos del ensayo del 4 de julio, sin contar a los sonidistas y el tecladista que acompaña al grupo.
Se experimenta un escalofrío cuando se camina los costados de la Catedral, y al frente de las butacas se encuentra a un grupo de 30 jóvenes de distintas edades ensayando el réquiem de Mozart, unos visten con saco y corbata mientras otros usan botines y pantalón de lona. Este 6 de julio, todos portarán vestidos y camisas negras.
A las 18:00 horas del 6 de julio, la Catedral abrirá sus puertas para que la población se acerque y escuche la interpretación del réquiem de Mozart por un coro lírico, de manera gratuita.
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Esto sucederá después de una cancelación de una primera fecha por el azote de las lluvias en Guatemala.
El director de la Escuela confirmó que el coro también se presentará a finales de julio con dos conciertos de áreas operáticas. En agosto tendrán dos presentaciones más con el réquiem en compañía de la Orquesta Sinfónica Nacional y la Camerata Vocal de la Municipalidad de Guatemala.
Coro de voces grandes
El coro lírico Escuela Nacional de Canto Gloria Marina no es “muy numeroso”, afirmó Salvador Guillen, director de la institución.
“Este es un coro de solistas, no es un coro de voces blancas ni vibradas”, añadió Guillen.
De acuerdo con el maestro Guillen, cada uno de los jóvenes estudia en un Bachillerato de Canto para ser solistas.
En los tres años de funcionamiento de la Escuela de Canto, este 2024 se graduará la primera promoción de bachilleres de canto lírico.
“El otro año (2025) esperamos que se gradúe la segunda y la primera de bachilleres de canto popular”, expresó Guillen.
A pesar de no ser muchos, Guillen considera que la cantidad y calidad del sonido responde a lo requerido por el réquiem.
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“Ellos (los estudiantes) son voces que se están preparando para ópera, y en el coro corresponde tomar la individualidad de voces de solistas para empalmarlos en sus registros”, dijo el maestro Guillén.
Al preguntarle al director acerca de los estudiantes, Guillen contestó que la mayoría pertenecen al departamento de Guatemala.
Algunos viven en las zonas 6 y 18 de la ciudad capital, unos se trasladan desde la zona 10, así como otros desde Villa Nueva, Mixco y otros municipios.
“También hay unos originarios de Quetzaltenango y asisten a clases cada quince días”, detalló el maestro de canto.
Las clases se imparten en la Escuela Nacional de Canto ubicada en la 7ª avenida y 4ª calle de la zona 1 de la Ciudad de Guatemala, de lunes a viernes de 14:00 a 18:00 horas.
Los ensayos se desarrollan los jueves y viernes de 14:00 a 15:45 horas.
Misa de difuntos
Muerte, juicio final, esperanza y salvación son algunas de las emociones que rodean al réquiem, lo que significa misa de difuntos en latín.
Guillen compartió que la idea llevar a cabo un concierto del réquiem de Mozart se originó en febrero de 2023 con el reto que los alumnos lo aprendan.
“Al principio se esperaba que solo sacáramos ciertos corales, pero nos esforzamos con los jóvenes estudiantes”, relató el director.
En noviembre de 2023, el coro presentó el réquiem en compañía de la Orquesta Sinfónica Nacional. Este 6 de julio serán acompañados únicamente por el maestro David Texaj en el piano.
“Por lo histórico del lugar y por lo litúrgico, el escenario, la casa natural (del réquiem) tiene que ser Catedral o una iglesia de estas características”, comentó Salvador Guillén.
“El réquiem de Mozart es una de las obras más complicadas para coros que hay, precisamente por las características que tiene Mozart”, amplió Guillén.
El director señaló que la segunda pieza del réquiem, el Kyrie, es una fuga doble, “bastante complicada”.
Wolfgang Amadeus Mozart en 1791 compuso el réquiem, pero quedó incompleta. Otro músico, Franz Xaver Süssmayr fue quién finalizó la composición con algunas anotaciones de Mozart.
“Se sabe que los primeros siete compases de Lacrimosa, fue lo último que Mozart compuso”, explicó el director.
Maestrinos y maestros de “alto quilate”
“No se puede enseñar lo que uno no tiene”, dijo el maestro Guillén.
En la Escuela Nacional de Coro se emplea una metodología de aprendizaje donde nombran “maestrino”, alumnos de nivel superior que enseñan a otros estudiantes.
“Arturo Dardón es el maestrino de teneros, se encarga de enseñar a las voces de tenores. Linda Castellanos de mezzosopranos, Génesis nos ayuda con las sopranos, y Sergio Eduardo con los barítonos”, exposó Guillén.
Además, el estudio se realiza con los solitas y por separado con los instrumentistas.
El trabajo de Guillén consiste en revisar el registro vocal de cada estudiante, hacer algunos cambios y luego ejecutar el ensamble con todas las voces.
Los estudiantes cuentan con maestros de “altos quilates” de acuerdo con Guillén, entre ellos:
- Leslie González
- Roberto Camacho
- Christian Polonsky
- Francisco Guillén
Salvador Guillén comentó que para la presentación de este sábado la gestión de la Catedral Metropolitana fue hecha por el Ministerio de Cultura y Deportes; sin embargo, “después hemos buscado todas las maneras para gestionar el sonido y las luces que usaremos para iluminar a los jóvenes”.
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