Meta humanos
El país que soñamos es posible
La democracia no se sostiene únicamente votando cada cuatro años, es responsabilidad de todos, todos los días.
Guerras, crisis climática, inteligencia artificial, desencanto de los ciudadanos con la política. La humanidad enfrenta retos enormes, experimentamos tiempos de cambios donde la creatividad y la resiliencia deben ir al frente para mostrarnos los posibles nuevos caminos. Según el informe de Latinobarómetro 2023 solamente un 29% de los guatemaltecos confían en la vida en democracia. El ciudadano común se percibe desconectado del Estado y no es consciente que hemos llegado a esto debido a que por años dejamos lo público en manos de los peores. La democracia no se sostiene únicamente votando cada cuatro años, es responsabilidad de todos, todos los días; lo cotidiano es político.
Si algo hoy no nos gusta, ¿qué estamos haciendo para cambiarlo?
En medio de toda esta ansiedad por el futuro soy testigo de ciudadanos y proyectos que en Guatemala están actuando para rescatar el bien común, demostrándonos que merecemos y podemos vivir mejor. Grupos de vecinos organizados protegiendo los bosques y barrancos, sembrando nuevos árboles en todo espacio donde haga falta uno. Ciclistas urbanos que con su ejemplo nos demuestran que, a pesar de que la Ciudad de Guatemala no cuenta con infraestructura para bicicletas que conecte las diferentes zonas, muchos podríamos movilizarnos pedaleando y así reducir nuestro impacto en el medio ambiente y el tráfico. Organizaciones que limpian los ríos, playas y lagos y nos concientizan sobre la generación y manejo de los desechos. Centros educativos como MAIA, en Sololá, que becan a niñas mayas que nacieron en pobreza o pobreza extrema y bajo un modelo educativo trilingüe generan impacto en las estudiantes, sus familias y sus comunidades. Profesionales éticos asumiendo cargos públicos y trabajando por sanar nuestras instituciones después de años de abandono y saqueo. Abogados y politólogos de espacios diversos postulándose en las recientes elecciones del CANG para desde las comisiones de postulación lograr que sean los mejores y más capaces quienes asuman como nuestros próximos jueces y magistrados, unidos con el objetivo de sanar el sector justicia y no seguirlo dejando al servicio de las mafias.
Me faltará memoria y espacio para mencionar todos esos proyectos y personas que están actuando, consciente o inconscientemente, para mejorarnos la vida a todos los que habitamos este país. Nos hemos olvidado que Guatemala somos sus ciudadanos y que está en nuestras decisiones cotidianas el poder para diseñar la sociedad que queremos ser. Si algo hoy no nos gusta, ¿qué estamos haciendo para cambiarlo?
No pretendo que todos los que hacemos parte de esta sociedad nos involucremos directamente en alguna de las distintas causas que hoy nos necesitan, pero siempre podemos acuerpar desde nuestros círculos y redes sociales a quienes han dado el paso al frente y asumen los riesgos de rescatar y rediseñar el futuro. Los grupos de poder que se benefician de que las cosas no cambien hacen notar su fuerza dividiéndonos e intimidando a quienes lideran los distintos esfuerzos, manipulan la verdad y se esfuerzan por evitar que los ciudadanos evidenciemos sus objetivos y nos activemos políticamente.