Aleph
De 37 mil abogados, ¿cuántos decentes?
Este proceso nació con buenas intenciones, pero se torció en el camino.
El 21 de junio se jugará mucho del futuro de Guatemala. Un pequeño grupo de abogados por quienes nunca votamos tendrán, de nuevo, en sus manos los destinos del país. En las condiciones actuales, esta elección en la Asamblea del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (Cang) para definir qué planilla los representará en las comisiones de postulación, es un evento definitivo, porque lo que está en juego es la continuidad de las mafias y la impunidad, o la gobernabilidad y el estado de Derecho. El cartel de los togados tiene la pelota en su cancha.
Este proceso nació con buenas intenciones, pero se torció en el camino.
Por eso hemos visto, desde hace varias semanas, cómo algunos viejos tiburones vinculados a graves hechos de corrupción siguen mordiendo y salpicando a diestra y siniestra, con el fin de poner en la comisión de postulación para elegir a los magistrados de las cortes a su planilla ganadora. Esa, que les asegurará seguir siendo intocables. Si las mesas de conocidos restaurantes hablaran, nos contarían más sobre la danza de las caletas que se está bailando en estos lluviosos días.
A partir de las reformas que cobraron vigencia en 1994, la Constitución Política de la República institucionalizó las comisiones de postulación, y estableció qué funcionarios públicos serían nominados a través de este sistema para ser posteriormente electos. Entre los cargos a nombrar y elegir están nada más y nada menos que los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y de la Corte de Apelaciones, el contralor general de Cuentas, el fiscal general de la República y jefe del Ministerio Público, el procurador de los Derechos Humanos, los magistrados del Tribunal Supremo Electoral, el director del Instituto de la Defensa Pública Penal, el superintendente de Administración Tributaria y el superintendente de Bancos. El 21, como cada cinco años, el Cang elige a sus representantes para la comisión, que será integrada también por delegados de las universidades e instancias públicas, y que nominará y elegirá a los magistrados de las cortes.
¿Cómo se elige una comisión de postulación? 1) Con cuatro meses de anticipación, el Congreso convoca a la integración de la comisión de postulación; 2) Los colegios profesionales convocan a elecciones de quienes habrán de representarlos en la comisión, que es lo que ahora está sucediendo; 3) Se integra la comisión y se elige a su presidente; y 4) Se procede a la juramentación y se inician las sesiones.
Este proceso nació con buenas intenciones, pero se torció en el camino. En el 2001, durante el gobierno de Portillo, se condiciona por ley a los abogados a inscribirse en el Cang si quieren obtener un trabajo, lo cual inicia estas alianzas mafiosas. Cada abogado, un voto. Años después, el Rey del Tenis, a sabiendas de que los títulos (plagiados o no) dan buenos puntos cuando las comisiones eligen, les hace un generoso regalo a varios abogados que luego fueron magistrados, becándolos con maestrías en el extranjero. El empresario Gustavo Alejos aceptaría luego que intervino en las elección de cortes para solventar sus problemas personales. Se compraron abogados, se abrieron universidades de garaje que no tenían alumnos en las facultades de Derecho pero sí un rector para representarlas en las comisiones.
Hoy, la implementación de esas comisiones impide que los jueces asciendan por trayectoria y méritos, y permite que las mafias sigan secuestrando el Poder Judicial. Entre todas las planillas, solo una se salva. A mi criterio, solo la número 8 representa transparencia, capacidad y cambio, y tiene la posibilidad de proponer candidatos idóneos que transformen la estructura y organización del Estado. La número 3 está integrada por personajes cuestionados y se asocia a Néster Vásquez, presidente de la CC, juramentado a la carrera y de noche por Allan Rodríguez. Planilla del Pacto de Corruptos. Las demás están integradas por los operadores políticos de Alejos, el Rey del Tenis, Mafiariegos y Gálvez. Más de lo mismo. Hay que votar por la decencia y la democracia.