Pluma invitada

El desafío de los aviones de radiocontrol

Los jóvenes involucrados con los aviones de RC son normalmente mejores estudiantes y personas.

La familia es el pilar fundamental de toda sociedad.  En ella se sientan las bases morales de cada niño, inculcándole respeto, obediencia, criterio y valores.  La escuela luego los educa impartiendo conocimientos, pero la esencia de su persona viene desde la casa.  Lamentablemente, el concepto de familia se ha desvirtuado y hasta destruido, al punto de que somos testigos del fracaso de sociedades.  Se han escrito múltiples libros sobre el tema, yo conozco El colapso de la autoridad, del Dr. Leonard Sax.  En resumen, para que logremos jóvenes adultos que contribuyan positivamente a nuestra sociedad, el Dr. Sax nos dice que los niños deben contar con tres elementos indispensables y permanentes durante su niñez, desde bebés hasta por lo menos sexto primaria.  Los elementos a los que se refiere son:  una figura de autoridad en casa siempre presente, que el niño realice tareas de casa propias para su edad y que tenga disciplina. 

Los jóvenes involucrados con los aviones de RC son normalmente mejores estudiantes y personas.

Desde hace muchos años comparto con mi hijo la afición de volar aviones de radiocontrol.  Es una actividad muy satisfactoria porque volar un avión de RC es realmente una experiencia desafiante.  El despegue puede ser sencillo, luego está volar recto y nivelado, girar sin perder altura y finalmente la experiencia cardíaca del aterrizaje.  Existen diferentes tipos de aviones de RC, desde aviones para principiantes, deportivos, acrobáticos, vuelo 3D, planeadores, aviones de carrera y los jets de turbina.  Cada uno representa un desafío diferente, ya que volar un avión de RC es mucho más complicado que conducir un auto de RC o volar un dron.  Los últimos son como “andar en triciclo”, cuando volar un avión de RC es como conducir un auto de transmisión mecánica por una carretera de muchas curvas, con subidas y bajadas.  Precisamente por ello se siente una gran satisfacción personal al volar su propio avión y que este realice las maniobras que uno le dice hacer. 

Sin embargo, por muy emocionante que sea el modelismo dinámico de aviones, es una afición que está cayendo en desuso, precisamente por el desafío que representa.  Es necesario dedicarle tiempo para aprender a utilizar el transmisor, para sincronizarlo con el avión y para que las superficies de control respondan como debe ser.  El aprendizaje es acompañado por un piloto experimentado que guíe al novato, que luego debe aprender “a volar solo”.  Es una lástima porque se trata de una actividad al aire libre para disfrutar del sol, de la lluvia y, sobre todo, de la compañía de otros aficionados que solo quieren ayudarle a uno.  Lamentablemente, muchos jóvenes acostumbrados a la recompensa inmediata de los videojuegos no desean invertir ni tiempo ni esfuerzo en dominar un avión de RC. 

Los padres de familia sabemos que es muy conveniente que nuestros hijos se enfrenten a situaciones desafiantes para aprender.  Es importante que los niños realicen actividades al aire libre en compañía de niños de su edad, en vez de encerrarse solos con sus pantallas.  Es triste observar cuántos padres de familia le dan a un niño de corta edad un celular o una tablet para que se entretenga y no moleste.  En realidad, esos padres sacrifican el futuro de sus hijos por su comodidad del momento.  Consideren aficionarse a los aviones de RC porque ofrecen una oportunidad para compartir entre padres, hijos y amigos, disfrutando de una sana diversión al aire libre.  Los jóvenes involucrados con los aviones de RC son normalmente mejores estudiantes y personas porque han aprendido a autoexigirse y a compartir para superarse.  ¡Aceptan los desafíos!

ESCRITO POR:

Carlos R. Paredes

Consultor en desarrollo institucional y empresarial. Máster en Economía Aplicada y Administración de Negocios. Ingeniero Mecánico Industrial. Exdirector ejecutivo del Campus Sur UVG. Exdecano de la Facultad de Ingeniería UVG. Catedrático universitario.