Imagen es percepción

Putin desafía a Estados Unidos

¿Cuáles son las intenciones reales de Rusia, al enviar un escuadrón naval a las costas de La Habana?

Del 12 al 17 de junio  se está llevando a cabo la visita oficial de un grupo de barcos rusos, entre ellos un submarino nuclear multipropósito, que llegaron esta semana a las costas de Cuba. El gobierno de La Habana  ha insistido en señalar que se trata de un acto que forma parte de las relaciones históricas amistosas entre ambos países y que los vehículos no llevan armas atómicas. Según ellos, esta visita se adhiere estrictamente a las normas internacionales. Sin embargo, esto genera un momento particularmente tenso, pues están situados a tan solo 90 millas de Florida, Estados Unidos, por lo que las alarmas de todo el mundo se han encendido.

El mensaje de Putin es claro y no puede tomarse a la ligera, simplemente aprovecha la oportunidad, de un gobierno estadounidense debilitado.

No es la primera vez que esto ocurre, pero esta es la mayor demostración de fuerza desde 1962, durante la Guerra Fría, cuando la Unión Soviética pretendió situar armamento militar en la isla de Cuba. Pero, con la tensión bélica que existe actualmente, es realmente delicado hacer un movimiento de este tipo, ya que podría interpretarse de muchas maneras, a menos que esa sea justamente la intención. Varios analistas habían pronosticado que Rusia acercaría sus fuerzas a territorios de sus aliados en América, en respuesta a que Estados Unidos autorizara el uso de sus armas por parte de Kiev en territorio ruso. Era predecible que entonces Vladímir Putin declarara que tiene la intención de utilizar el mismo criterio.

Se precisa que los buques rusos realizarán una serie de ejercicios en aguas del Caribe, visitando Cuba y Venezuela. La pregunta es, ejercicios militares en esa área, ¿para qué? Sin duda, cada movimiento está en el punto de mira estadounidense. Las agencias de inteligencia sospechan que el gobierno cubano ha aprobado el desembarco de barcos y vehículos rusos en la isla comunista.

El mensaje de Putin es claro, y no puede tomarse a la ligera, simplemente aprovecha la oportunidad, de un gobierno estadounidense debilitado. Un país con un líder mostrando signos evidentes de deterioro cognitivo.  Y una administración que está distraída y hundida hasta el pescuezo, en frentes con potencial de escalada en Israel y Ucrania, por lo cual no está viendo venir la avalancha que le caerá encima.

Las tácticas de comunicación de Moscú son claramente una operación psicológica, no solo con fines domésticos, para mostrar a su propio pueblo sus capacidades de proyección militar, sino también exponer que la Armada rusa es capaz de fraguar un poderío global. Incluso cabe la posibilidad de que este movimiento táctico podría tener la intención de iniciar un conflicto bélico cerca de Estados Unidos. Y allí sí, como reza el refrán: “No es lo mismo verla venir que bailar con ella”.

Fuentes latinoamericanas evocan la construcción rusa de instalaciones militares en Venezuela, la nación con las mayores reservas de petróleo del mundo (pero también un país fallido en manos del mediocre dictador Nicolás Maduro). Un rumor que ha sido recogido varias veces por los medios estatales de Moscú, siempre para uso interno.

Imagínese un escenario donde Rusia pudiera desplegar misiles balísticos, desde “jurisdicciones amigas” de Latinoamérica para alcanzar objetivos dentro de EE. UU. y crear un campo de batalla lejos de Europa. En definitiva, esta es una amenaza velada de que la guerra en Ucrania podría tener una especie de metástasis en el Caribe. Ya que no pueden obviarse las advertencias lanzadas por Putin la semana pasada, en San Petersburgo, sobre una posible respuesta rusa “simétrica a la transferencia de armamento occidental a Ucrania”. Obviamente estas declaraciones, unidas a hechos concretos como el despliegue de esas naves marítimas, ha hecho eco en la prensa occidental, como una amenaza latente.

ESCRITO POR:

Brenda Sanchinelli

MSc. en Relaciones Internacionales e Imagen Pública. Periodista, experta en Etiqueta. Dama de la Estrella de Italia. Foodie, apasionada por la buena mesa, compartiendo mis experiencias en las redes.