desde Ginebra

El cambio climático y el carbono

El carbón produce importantes impactos ambientales sobre el suelo, el agua y el aire.

De acuerdo con varias publicaciones, la relación del cambio climático con el carbono es que el carbón es un combustible fósil, con un alto contenido de CO2, cuyos gases,  al quemarse,  contribuyen a incrementar el efecto invernadero natural del planeta, cuyo resultado es el cambio climático.

Las explotaciones mineras de carbón producen importantes impactos ambientales.

El carbón mineral, primero, y luego su derivado, el coque, fueron los motores de la revolución industrial hasta entradas las primeras décadas de siglo XX, cuando comenzaron a ser sustituidos por el petróleo y el gas natural. Hasta entonces el carbón fue el principal combustible. Las fábricas requerían de una inmensa cantidad de carbono, el más sucio de los combustibles fósiles. A esta época se le llamó la economía de chimeneas.

De acuerdo con datos publicados, el uso del carbón, además, provoca daños locales al medioambiente. Las explotaciones mineras de carbón producen importantes impactos ambientales sobre el suelo, el agua y el aire. En el proceso de combustión del carbono se liberan sustancias al aire que causan contaminación ambiental, tales como la lluvia ácida, con efectos nocivos para la salud. 

De lo que pasará con las zonas mineras  no se sabe exactamente, pero en lo poco que están de acuerdo prácticamente todas las partes es en que se necesita una transición justa para estas zonas.

De acuerdo con la Powering Past Coal Alliance, la alianza para dejar el carbón, que tiene por objetivo acelerar la eliminación de la energía producida mediante el carbón tradicional a más tardar para 2030,   en su reciente reunión  los ministros de Energía de los países del G7 acordaron la eliminación gradual de la energía del carbón, poniendo fin al uso de centrales eléctricas de carbón entre 2030 y 2035.

Por otro lado, el carbón vegetal es un combustible que proviene de la quema incompleta de la madera. La diferencia entre la madera y el carbón vegetal es que este tiene un contenido mayor de carbono, cerca del 98%, y, por tanto, es más eficiente. Se utilizó masivamente durante la Edad Media para forjar hierro para la elaboración de espadas, armaduras y otros artículos de guerra.

De acuerdo con algunas estadísticas sobre la producción y el consumo del carbono, los mayores productores de carbón son China, con 3,657 millones de toneladas; Estados Unidos, con 922 millones de toneladas; India, con 606 millones de toneladas; Australia, con 431 millones de toneladas; Indonesia, 386 millones de toneladas; y Rusia, con 355 millones de toneladas. Les siguen Sudáfrica, con 260 millones de toneladas, y Alemania, 196 millones de toneladas, mientras que por el lado de los consumidores de carbono está  China en primer lugar, con 4,320 millones de toneladas; la India, con 966 millones de toneladas; Estados Unidos, 731 millones de toneladas; Alemania, 257 millones de toneladas; Rusia, 230 millones de toneladas; Japón, 210 millones de toneladas, y le siguen Sudáfrica y Corea del Sur.

Parte del problema es que, pese al acuerdo de París, algunos gobiernos, en especial países como China, India, EE. UU. y algunos  del este de Europa, están permitiendo que la industria gaste cientos de miles de millones de dólares para construir nuevas térmicas de carbón. Por lo que, en buena parte, la solución sería que  las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero tengan su máximo en esta década y desde allí disminuir a cero en este mismo siglo, lo que significa que los países deberían estar en cero emisiones en 2050.

ESCRITO POR:

Eduardo Sperisen Yurt

Embajador. Representante permanente de Guatemala ante la OMC. Fue primer presidente y fundador de la Gremial de Exportadores de Productos No Tradicionales y presidente del Grupo de Negociación multilateral del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC.